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Hace 10 años que el nombre de Paco Plaza saltó mundialmente por Rec, película que mostraba a través de la lente casual de un camarógrafo, la matanza dentro de un edificio a causa de algo aparentemente sobrenatural.

Antes el cineasta valenciano había realizado un documental sobre el reality musical Operación triunfo y la serie Películas para no dormir, en la televisión ibérica.

Esta semana estuvo en la Ciudad de México como invitado especial de Mórbido, Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror, donde realizó una presentación tardía de La posesión de Verónica, estrenada en salas nacionales hace un mes.

“Ahora quiero filmar en México, ya pedí a Pablo (Guisa, director del certamen) me dé uno”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL.

Durante la charla, Plaza aceptó hablar de sus temores reales.

¿En qué momento de tu vida has tenido más miedo?

Recuerdo que un día llegó tarde mi madre a recogerme en el parvulario (kínder en México), es el primer recuerdo feo en mi vida, arriba de un tobagán y el patio solo, cuando lo normal es que de niño nunca estés solo, siempre está con alguien.

Recuerdo esa sensación sin entender nada, nadie me explicaba nada, tendría unos cuatro años y recuerdo pavor y soledad desconocidos.

¿Cuál es la leyenda o historia que más miedo te ha dado?

Todo lo que tenga que ver con posesiones demoniacas, me da mucho respeto y miedo. Pero una vez me ofrecieron hacer un caso real de una chica alemana en el que se basó El exorcismo de Emily Rose, y estaba mirando información sobre el caso cuando escuché una grabación del caso de la voz de la niña poseída, ¡ahora lo pienso y se me paran los pelos de punta!

¿Y tu película favorita?

¿Quién puede matar a un niño? de Narciso Ibáñez Serrador (1973, España) y es formidable, insólita en su momento, que abrió un camino que nadie ha seguido porque transcurre a la luz del día y los malos son los niños. Es políticamente incorrecta y no se podría ya hacer.

¿Has tenido un contacto paranormal en tu vida?

¡No y lo he intentado! (risas). He hecho ouija, ido a edificios y hospitales abandonados, cementerios. He tentado un poco la suerte. Por un lado lamento eso, pero por otro me alegro no haber pasado por un susto serio.

Y ahora con la edad me he hecho mucho más prudente, por ejemplo, me propusieron ir al Mercado de Sonora (donde hay brujería, en la capital mexicana) y no quise, algo me dijo que no es mi momento.

¿Cuál sería tu epitafio?

Me gusta mucho el de “disculpen que no me levante para saludarlos” (risas). Me gustaría un chiste, algo alegre, soy muy contrario a la nostalgia, al pesar y a vivir en la pena.

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