Reflejo de una ciudad que ya cambió y cuya sociedad (vecinos, colonias y delegaciones) cuestiona e increpa cada vez más decisiones de gobierno que afectan su espacio público, tal vez como reacción al autoritarismo gubernamental que vivió por décadas la capital, el gobierno del DF y su titular, Miguel Ángel Mancera, han desatado un fuerte debate social-político-urbanístico con su proyecto de rescatar la histórica avenida Chapultepec mediante un corredor elevado que se convierta en un espacio público, comercial y cultural para regenerar una zona hoy amorfa en la ciudad.

Con participación de la iniciativa privada, a través de un órgano mixto como el ProCDMX, se plantea un esquema de “concesión” del espacio urbano a cambio de que el capital privado invierta en su regeneración y mantenimiento. El tema ha generado tal polémica que Mancera ya tuvo que aceptar que sea una consulta ciudadana la que defina el tipo de proyecto para avenida Chapultepec: si un corredor elevado, como plantean Simón Levy y el ProCDMX, o un corredor a nivel de calle como sugieren urbanistas y organizaciones de vecinos.

Y aunque hasta ahora el jefe de Gobierno ha sido tolerante y abierto a las opiniones y críticas, el hecho de que la consulta se haya pospuesto ya dos veces, y que ayer Patricia Mercado, secretaria de Gobierno, anunciara una posposición más para que la organice el IEDF a petición del comité vecinal de la colonia Juárez, hace que el tema empiece a convertirse en un laberinto político para Mancera y sus anunciadas aspiraciones presidenciales, sobre todo cuando su popularidad, aún con leves mejorías, no está en su mejor momento.

Hay tres tipos de grupos inconformes con el Corredor Chapultepec: 1. Los vecinos de zonas aledañas a la avenida, sobre todo inquilinos que temen un aumento de rentas ante una mayor plusvalía de la zona; 2. Los grupos civiles y urbanistas con discurso ideológico que argumentan que se privatiza la vía pública, y aducen criterios urbanísticos; y 3. Los opositores políticos, básicamente los partidos que buscan sacar raja del rechazo al proyecto. Aquí se ubican PRI, PAN y un sector de Morena, conformado por diputados locales cercanos a Martí Batres que, a diferencia del delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal —que dio su apoyo condicionado al proyecto a que se consulte a los vecinos—, se oponen radicalmente a la obra.

Curiosamente el diputado de Morena que lidera esa oposición es José Alfonso Suárez del Real, un ex perredista y ex funcionario del GDF. Súarez del Real fue subdirector de Administración y Finanzas del Metro con Joel Ortega, y fue uno de los encargados de elaborar y presentar la propuesta de incremento de la tarifa del Metro en diciembre de 2013. A diferencia de aquella decisión, en donde Ortega nunca aceptó someter el incremento de 3 a 5 pesos a una consulta pública, como pedían los usuarios y sólo se realizó una encuesta, ahora el diputado de Morena exige en el caso del corredor “consulta obligatoria”.

En espera de la consulta del IEDF, encuestas sobre el tema arrojan que 55% de los capitalinos no conocen el proyecto, y del 45% restante, 25% se opone y 20% está de acuerdo en que se realice. La clave de una consulta está en el universo de los que pueden votar. Si sólo se permite que sean vecinos de zonas adyacentes al proyecto ganaría el “No”, pues la mayor oposición está en la Roma Norte y Juárez, y ahí Mancera tendría graves problemas. Pero si se amplía a la Condesa, Hipódromo, la Roma Sur, la Cuauhtémoc, San Rafael y otras tendría más probabilidades de ganar el “Sí”.

Al final esa es la tónica que permea en la ciudad de México: no hay proyecto, obra o remodelación en calles y colonias de la ciudad que no sea fuertemente cuestionada por vecinos que exigen cada vez más información y explicaciones sobre obras a realizar. Y esa es la realidad para Mancera: su aspiración presidencial, que pronto será más visible, tiene todavía varios obstáculos que salvar.

NOTAS INDISCRETAS... Congresistas de México y de China se reúnen desde hoy en el Senado de la República en la Tercera Reunión Interparlamentaria entre los dos países. El senador del PRI Teófilo Torres Corzo, presidente de la Comisión Asia-Pacífico, organiza el encuentro donde se abordarán temas como el diálogo político, las relaciones económicas y la cooperación bilateral. Veremos si los congresistas chinos no sacan el tema del cancelado tren México-Querétaro y el detenido proyecto de Dragón Mart en Cancún, ambas inversiones millonarias de su gobierno que no tuvieron suerte en México… Paran los dados. Doble escalera.

sgarciasoto@hotmail.com

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