Más que un recuento formal es un obligado ejercicio de memoria reciente. Ya ven que los seres humanos somos cíclicos por naturaleza. Así que por estas fechas nos da por recordar aquello que más nos impactó el cerebro y el corazón; sobre todo aquí en la intimidad de este México nuestro de todos los días.

En lo social y aunque en sus inicios se fraguó al final del año anterior, es en este 2015 que agoniza en el que se manifestaron sus efectos devastadores: las marchas incesantes, el clamor de los padres por justicia, las investigaciones amañadas, detenciones a granel, comisiones que van y vienen, verdades históricas que se derrumban y un gobierno arrinconado y permanentemente a la defensiva. El caso es que a quince meses de distancia, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala sigue irresuelta y el gobierno continúa pagando un precio gigantesco. Mientras que según sea el sector, en la sociedad se manifiestan igual la indignación, la rabia, la estupefacción, la incredulidad y hasta el hartazgo. Y la pregunta es: ¿cuánto tiempo más?

El otro impacto social del año ha sido sin duda la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán que ha puesto en jaque mate la credibilidad del gobierno. Nadie, absolutamente nadie, puede creer la versión oficial de que el narcotraficante más poderoso del país y del planeta se fue por un túnel antológico con la sola complicidad de mandos medios hacia abajo. En este asunto maloliente también queda sin respuesta la pregunta de hasta qué niveles llegó el poder corruptor del Chapo.

En lo económico, 2015 podríamos recordarlo como el año que perdimos el petróleo. Por lo menos en lo que el imaginario colectivo lo suponía como el gran salvador del país en los tiempos de crisis. Ya no. La disputa feroz entre Arabia que ha inundado el mercado castigando la osadía de Estados Unidos de autoabastecerse con el fracking, nos ha dejado como meros espectadores y los más perjudicados. Lo grave es que los árabes tienen un costo de extracción de apenas 6 dólares promedio por barril, mientras que a nosotros nos cuesta 23 dólares. Así que si ayer la mezcla mexicana se cotizó en 26.54, nos acercamos pavorosamente al punto de quiebre en que ya no nos convenga extraer ni un solo barril más. Así de amenazante y sombrío el panorama.

Dos son los acontecimientos, a mi entender, más destacables en el ámbito político. Desde luego, la gran noticia de 2015 fue el triunfo aplastante de Jaime Rodríguez El Bronco como candidato independiente y su consecuente llegada al gobierno de Nuevo León. Más allá de cómo lo haga y hasta de sus aspiraciones presidenciales, el carismático personaje ya ha hecho historia. Su triunfo en las urnas cambió por completo las reglas de un juego que hasta ahora sólo se daba entre partidos. De aquí en adelante, las candidaturas independientes serán alternativas viables y a la vez amenazas para los políticos tradicionales.

La otra noticia, es la irrupción de Morena en el escenario político del país. Por lo pronto, con una presencia significativa en el Distrito Federal, lo que coloca en el proscenio al protagonista más polémico de los últimos tiempos: Andrés Manuel López Obrador.

Posdata: de todo corazón mis mejores deseos para la Navidad y el Año Nuevo. Espero reencontrarnos el miércoles 6 de enero.

Periodista.

ddn_rocha@hotmail.com

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