El sábado subió a Twitter una fotografía que lo muestra en animada conversación con César Camacho, coordinador del grupo parlamentario del PRI.

Escribió también un mensaje: “en acuerdo con mi coordinador … en la Cámara de Diputados”.

Uno de los socios principales de Javier Duarte tiene fuero, lo presume y hay quien todavía lo protege. Se trata de Alberto Silva Ramos, cómplice del ex gobernador de Veracruz, a quien las autoridades no deberían perder de vista.

El Cisne, como lo apodan sus allegados, está vinculado a varios de los temas que hoy alimentan la hoguera del escándalo político en Veracruz.

Conoció a Javier Duarte en 1993, cuando ambos trabajaban en las oficinas del Diario Oficial de la Federación y tenían por costumbre gastar sus quincenas en visitas inolvidables a La Habana.

Después de una carrera burocrática sinuosa, en 2008 El Cisne entró a trabajar a la Secretaría de Finanzas de Veracruz, bajo las órdenes de su amigo Javier.

Dos años después sería el candidato priísta triunfador en las elecciones municipales de Tuxpan.

Durante ese mandato se dio a conocer por exhibicionista, por dispendioso y por cargar las cuentas de su ostentación al erario público.

En esa época también organizó una cabalgata por la identidad tuxpeña donde invitó, entre otros, al empresario Francisco Colorado Cessa y al ex gobernador Fidel Herrera Beltrán.

El retrato de esos dos personajes, montando a caballo, ha sido utilizado por los medios para ligar a Fidel Herrera con el narcotráfico, y es que tiempo después Colorado Cessa fue juzgado y condenado en Estados Unidos por lavar dinero para el Cártel de los Zetas.

También como presidente municipal de Tuxpan, Silva Ramos solicitó un préstamo bancario de 100 millones de pesos, que debía utilizarse para obras de alumbrado público. Hoy se acusa a El Cisne de haber simulado contrataciones con una empresa fantasma con el objeto de defraudar. En efecto, la obra nunca se concluyó.

Para protegerlo de rendir cuentas por su pésima gestión, Javier Duarte ofreció trabajo a su amigo en el gobierno estatal. A mediados de 2012, un año antes de terminar su gestión como munícipe, Silva tomó el cargo de secretario de Desarrollo Social.

Solo duró en ese puesto seis meses pero fueron tiempo suficiente para multiplicar su talento en el arte de la estafa. El Cisne era el responsable de esa cartera cuando el gobierno de Veracruz concedió 45 contratos, por un monto de 243 millones de pesos, a una serie de empresas fantasma, similares a aquella con la que antes hizo trampa en Tuxpan.

En enero de 2013, Duarte movió de nuevo a Silva para nombrarlo vocero del gobierno estatal. En ese cargo fue responsable del encarcelamiento, hostigamiento, acoso y diversos horrores en contra de periodistas veracruzanos. Entre otros, El Cisne es causante destacado de la fama que tiene Veracruz como la entidad mexicana donde resulta más peligroso ejercer el oficio de reportero.

Hacia 2014 Javier Duarte comenzó a mover los hilos con el objeto de que Silva Ramos fuera su sucesor en la gubernatura.

Para dejar en su lugar al compadre lo hizo diputado federal por el tercer distrito de Veracruz y luego lo ungió como presidente estatal del PRI.

Una noticia, sin embargo, hundió las ambiciones políticas de El Cisne. Los medios veracruzanos publicaron documentación probando el vínculo entre la familia Silva Ramos y el operador financiero de Los Zetas, Francisco Colorado Cessa.

Felipe, hermano de Alberto, firmó como representante legal y apoderado de Colorado en diversas operaciones sospechosas.

De nuevo la fotografía de la cabalgata por la identidad huasteca, organizada por el ex presidente municipal, —donde aparecen Fidel Herrera y Francisco Colorado— sembró preguntas graves.

Ese documento y esa fotografía impidieron que Duarte impusiera como candidato del PRI a su compañero de tropelías.

Hoy, mientras Javier Duarte anda desaparecido, Alberto El Cisne Silva acuerda en San Lázaro con políticos importantes.

ZOOM: Más valdría al liderazgo priísta en la Cámara de Diputados revisar la conveniencia de continuar sacándose fotos con este hampón. Ahora que, quizá, en la conversación El Cisne confiesa la ubicación de su amigo, el ex gobernador fugado.

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@ricardomraphael

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