Dolores Padierna no se ve votando por Margarita Zavala, Ricardo Anaya o Rafael Moreno Valle, sin embargo, no se opone al frente opositor, se opone, más bien, a un candidato panista con un satélite perredista.

“Frente amplio” suena bien, puede convencer e intentar venderse a un electorado molesto, basilisco y dinamita, agotado de sentirse traicionado por todos los colores de todos los partidos de todas las ideologías, puede volverse una esperanza e, incluso, hasta una tercera vía entre una opción sistémica y otra antisistémica.

Pero, cuando se intente vender a ese electorado la idea de un “frente amplio” encabezado por un o por una militante de un partido político, la idea entera terminará por desmoronarse y se corre el riesgo de perder la poca confianza que ganaba la iniciativa ante un ambiente de desconfianzas.

Y es que si Margarita Zavala, Ricardo Anaya o Rafael Moreno Valle se convierten en candidatos del “frente amplio”, será más que evidente que estamos hablando, realmente, de un candidato panista que tiene apoyos de otros partidos, pero no de un “frente opositor” ni de un “acuerdo nacional”, lo peor es que se corre el riesgo de fracturas irreconciliables al por mayor: en este escenario, por ejemplo, es muy claro que muchos perredistas optarían por irse a Morena. ¿Sirve, entonces, un PRD “mocho”?

Tomando en cuenta los quiebres y reproches que ya se viven al seno del PAN en la búsqueda de la candidatura y sumándole las desconfianzas de muchos perredistas a la idea de apoyar ciegamente al PAN, parece que tenemos a un “frente amplio” quebrantado desde su periodo de gestación.

Si para algunos perredistas apoyar al PAN resulta difícil, el escenario inverso es inconcebible: ¿votarían Anaya, Moreno, Zavala, Rufo, Derbez o el Jefe Diego por un Juan Zepeda, Miguel Mancera o Silvano Aureoles?, ¿votarían los panistas por un perredista?

Fernández de Cevallos le dijo a Susana Guzmán, del diario El Financiero: “Yo veo un Frente Amplio, con algún candidato que no sea militante de ningún partido, porque de lo contrario se dificultaría esa posibilidad”.

¿Habrá altura de miras para dejar a un lado las aspiraciones personales de amarillos y de azules y encontrar a ese “Macron mexicano” que debe, como primer requisito de credibilidad, tener una historia menos partidista y más de conciliación? Y lo más importante: ¿ese desconocido podría competir contra el viejo lobo de mar que es López Obrador?, ¿le daría aún tiempo, tomando en cuenta que es una figura salida prácticamente de la nada?

DE COLOFÓN. Se ríe tanto porque, dicen sus cercanos, no pasará más de 5 años en la cárcel. Tiene confianza en la justicia mexicana.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses