Imagínese gobernar un estado donde urge la generación de empleos, un estado pobre, con más de 60% de su población en condiciones de vulnerabilidad social y económica, imagínese que de pronto se le presenta una gran oportunidad: una treintena de los empresarios más importantes del país quieren ofrecerle inversión, desarrollo y bienestar… Y usted los deja casi plantados.

Sucedió en Hidalgo, a finales de febrero, concretamente en el Country Club Amanali de Tepeji, ahí estuvieron presentes algunos de los hombres de negocios más destacados del país, con la intención de hacer equipo junto al gobierno estatal para la generación de infraestructura y puestos de trabajo que habrían podido detonar inversiones millonarias a corto y largo plazo, sin embargo, Omar Fayad casi los deja plantados.

Luego de más de dos horas de espera para el encuentro, escoltado como si de un presidente se tratara, ostentando guaruras armados, camionetas blindadas y con un helicóptero a su disposición, el gobernador se hizo presente y con actitud fanfarrona se dignó a escuchar a los que aún permanecieron en la cita.

Y es que, indignados por el desplante y la grosería, varios de los invitados abandonaron la reunión ante la ausencia de Fayad. ¿Cuántos millones de pesos para el estado de Hidalgo perdió el gobernador por una actitud ensoberbecida?, ¿cuántas personas perdieron la oportunidad de un trabajo bien remunerado porque al hombre no se le dio la gana mirar su reloj?, ¿qué seriedad puede existir en un gobernador retrasado e impuntual si no cumple con algo tan básico como llegar a tiempo a una cita?

Podría parecer una frivolidad, pero hacer esperar aprovechándose del cargo es una de esas cosas de políticos anacrónicos que piensan que lo son todo, que no entienden el concepto de servir, sino de ser servidos, y que van poco a poco perdiendo el respeto de los demás.

Aunque los empresarios también fueron muy ingenuos, quizá no sabían que en septiembre pasado Omar Fayad llegó tarde a otro evento, el Congreso entero de Hidalgo, ex gobernadores e invitados especiales tuvieron que esperarlo por dos horas ¡a su propia toma de protesta!

DE COLOFÓN.— Iván N, el ex policía federal que se entregó en Chicago al ser investigado por delincuencia organizada, era un protegido del director de inteligencia de la institución en los tiempos del Chapo, previo a la fuga. Pequeñas coincidencias.

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