Delfina Gómez es todo un personaje, habla un poco con el argot del barrio y conecta bien con la banda, con la gente de a pie, por lo que puede ser muy simpática (y empática) con una gran parte de la población que la perciba fresca y cercana, pero tiene un grave problema, un arma de doble filo llamada Andrés Manuel López Obrador.

Dudo que Delfina sea una simple Juanita, fue alcaldesa de Texcoco con no malos resultados, tampoco excelentes, pero que le bastaron para llegar a San Lázaro con votos y no con dedazos.

Sin el Peje a un lado, Delfina podría dar una gran sorpresa. Es improbable su triunfo, pero ¿una derrota en un segundo o tercer lugar con diferencias estrechas, un final de fotografía, no sería un gran triunfo para Morena, que no pintaba en el Estado de México?

Construyendo escenarios, pensemos en la posibilidad, no tan imposible, de que Josefina Vázquez Mota y Alfredo del Mazo cometan errores graves que les cuesten votos, pensemos también que un error de los candidatos “punteros” se cobra al doble: por la baja credibilidad en el sistema y por la percepción de, además, ser los candidatos del sistema.

Y es que pesa mucho la idea sibilina de un “pacto”, de una concertacesión que asegure una alianza de facto (que no de boleta) para el 2018 y aunque ciertamente nada confirma de fondo este “pacto”, en la era de la postverdad el planteamiento se pinta con marcador indeleble en un desbalagado imaginario colectivo.

Aún así, se antoja cuesta arriba que Delfina Gómez pueda obtener el triunfo, brilla con la luz de un personaje externo que le da fuerza en la misma proporción que se la arrebata. Si López Obrador comete un error se lo cobrarán a la maestra, si comete un acierto se lo acreditarán a la maestra, ¿en una campaña tan corta podrá encontrar su propio brillo?

Por otro lado, parece que el discurso de los candidatos punteros se basa en el viejo eslogan del peligro para México que desde hace mucho es anacrónico y que, lejos de dañar, fortalece a Morena, que aglutina enojos, odios y reclamos, porque Morena no convence con propuestas ni con razón, Morena ofrece una promesa de venganza que ni siquiera pasa por el castigo legal para los “malos”, sino por la humillación de su fracaso y su exilio de la vida pública. Con la cabeza de la derrota en la guillotina sobra la cárcel.

Veremos si los candidatos nos ofrecen algo nuevo o terminamos en el refrito de 2006. Segundas partes nunca fueron buenas.

DE COLOFÓN.— ¿Quién es responsable, no culpable, del robo de hidrocarburos? Viene un asunto interesante en la Corte.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses