Una vez más se dejó escapar una gran oportunidad de hacer historia en el torneo más importante a nivel de clubes de la Conmebol.

Los Tigres nos habían llenado de ilusión, pero en la final no pudieron con River en Buenos Aires, después de no sacar ventaja en su juego como locales en Monterrey.

A los mexicanos, al ser invitados en torneos como lo era la Copa Sudamericana, la Copa América y la Libertadores, nos ha servido y nos ha ayudado a mejorar en cuanto al nivel competitivo, tanto en lo individual (sobre todo, los jugadores mexicanos) así como a los clubes y también a la Selección Nacional.

Los clubes mexicanos participan en la Libertadores desde 1998 y han disputado tres veces la final (siempre como visitantes, por reglamento de la Conmebol). Cruz Azul y Chivas tampoco pudieron ganar esta prestigiosa competencia.

No hemos podido dar el campanazo grande, porque solamente una vez el Pachuca consiguió la Copa Sudamericana y eso tiene mucho valor, pero la jerarquía que podríamos conseguir y merecer depende ahora de ganar la Libertadores.

Así como he aplaudido las gestiones que se hicieron para estar en estas competencias, tampoco se ha podido tener una jerarquía importante en la Conmebol, a la que únicamente le interesa exprimirnos económicamente, así como nosotros exprimimos a los estadounidenses con todos los acuerdos que hay para que la Selección Nacional juegue la mayoría de sus partidos en Estados Unidos.

Así como muy hábiles e inteligentes son nuestros directivos para sacar provecho económico con los vecinos del norte, parece ser que en el sur del continente les tienen comido el coco en el aspecto económico.

En lo deportivo, ayuda, pero sería conveniente invertir un poco de dinero para dar un manotazo en la mesa y darse a respetar por lo que México ha hecho en todos los torneos sudamericanos.

Nuestra preocupación no solamente es quién va a ser el próximo entrenador de la Selección, sino más bien, la posición y el peso que tiene México en la Concacaf.

El fútbol mexicano está flotando. Con todo lo que ha ocurrido, tanto con el Tri como en la Concacaf, la Conmebol y la FIFA en general, es triste que se ha perdido credibilidad y ahora mismo, venga quien venga como director técnico de la Selección Nacional, da lo mismo.

Se ha perdido interés, porque así lo han querido los que actualmente manejan el fútbol mexicano.

Hasta que no haya claridad, independencia, tanto en los cargos como en los manejos de las áreas, como ya he menciono anteriormente, seguiremos en una situación que no nos va a importar demasiado.

Yo, en lo personal, venga quien venga como seleccionador nacional, me da absolutamente lo mismo. Y antes me preocupaba mucho.

Ahora estoy igual que casi toda la gente en México: no nos interesa en absoluto ni cómo se llama ni qué trayectoria tenga, porque se seguirán manejando en las mismas líneas de intereses en las que se maneja el fútbol mexicano en todos los aspectos.

Ojalá haya conciencia para darle credibilidad a un fútbol, no solamente mexicano, sino a nivel mundial y que las cosas se hagan de la manera correcta.

Y que para ello no nos sigan engañando. Por favor.

¡Que te lo digo yo!

@hugosanchez_9

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