Hace un tiempo, a raíz de algunas pesquisas sobre las normales rurales, escribí un artículo titulado “Camaradas mexicanos en Norcorea”, que apareció por entregas en la revista Letras Libres, pues resultó que algunos de los 53 graduados de un curso de 11 meses en instalaciones militares (no hay de otras) norcoreanas en 1968, egresaron de esas normales y luego conservaron trato con la Federación de Estudiantes Campesinos de México (FECSM), que aún las controla.

Basándome en el libro En las profundidades del MAR. El oro no llegó de Moscú (parcialmente en línea), escrito por Fernando Pineda Ochoa, uno de aquellos expedicionarios, me referí a ese viaje singular a las entrañas del “Reino Ermitaño” que gobierna la dinastía Kim desde 1946. Cuando esos 53 camaradas fueron a Norcorea a aprender a echar bombas o, en su defecto, karatazos, aún le faltaban 16 años para venir a alegrar al mundo con su nuclear presencia rechonchita al actual emperador, Su Majestad camarada Kim Jong Un.

Bueno, recordé eso porque hace unos días se celebró el “Día del Sol”, con el que la República (sic) Popular (sic) Democrática (sic) de Corea festeja el cumpleaños de su fundador, Su Alteza Real Camarada Kim Il Sung, señor abuelito solar del actual emperador. Es una fiesta impactante: el “Supremo” camarada observa desde las alturas, rodeado de generales seniles, un desfile militar en el que cientos de miles de norcoreanos le manifiestan cariño sincero y otros cientos de miles de soldados le enseñan al mundo las bombas que quieren aventarle, mientras practican una forma de marchar que mezcla astutamente el mambo y el can-cán.

Este año fue especialmente emocionante porque el Camarada Rechonchito había amenazado con tronar algunos protones experimentales y, en caso de ser atacado por el otro señor de peinado raro, algunos protones más en Seúl o en Japón.

Esa atmósfera atómica no intimidó a una delegación del mexicano Partido del Trabajo (PT) que, según la agencia oficial de noticias (no hay de otra) norcoreana, llegó el viernes 14 a Piongyang, presidida como siempre por su Máximo Líder, el camarada Alberto Anaya, admirador solidario de la dinastía Kim. En 2013 hizo pública una carta en la que proclamó al Camarada Rechonchito “el hombre del año en el mundo” y le manifestó, no sin previo cuanto sesudo análisis dialéctico, que “los progresistas del mundo sienten una gran admiración por sus grandes hazañas”.

Un periódico en línea, The Pyongyang Times, narra en abril de 2014 otra visita del Camarada Anaya y su correspondiente delegación del PT: acudieron en piadosa peregrinación a Mangyongdae, donde nació Kim Il Sung, luego hablaron de hacer revoluciones y luego acudieron en Pionyang a un banquete que les organizó el Partido de los Trabajadores (no hay otro) de Norcorea. En 2015 no sé si fueron, pero en 2016, el camarada Anaya fue con su corte a Vietnam y luego, ya en el rumbo, de nuevo a Piongyang.

Esto coincide con que un misterioso instituto (en este asunto, perdón, pero todo es misterioso) que se llama Korea Institute at Sais publicó hace poco en 38North.org que una cuenta de YouTube ha comenzado a transmitir en vivo programas de la televisión oficial norcoreana (no hay de otra). Lo curioso es que creen que dicha cuenta parece estar basada en México, donde la maneja un tal “Rodrigo Rojo”, algunos de cuyos perfiles en línea remiten a una “Asociación de Amistad México Corea” (que es como según Norcorea se llama Norcorea). Según 38North, ese canal YouTube ha tenido 8.6 millones de visitas y ha hecho muy rico a “Rodrigo Rojo”. ¿Quién será?

Me pregunto si habrá regresado ya de su viaje de este año a Norcorea el nunca suficientemente Camarada Anaya. No se sabe quién formó parte de la delegación (aparte de una tal “Laura Julieta”) ni cuál fue su ruta ni cómo se trasladaron ni en qué consistieron los regalos que le llevaron, a nombre de los trabajadores mexicanos, a Su Majestad Rechonchito.

Lo que sí se sabe es que otra vez la factura le fue asestada al sudoroso pueblo mexicano que, por medio del erario, ha pagado los 6 mil millones de pesos que ha costado el financiamiento del Partido del Trabajo desde 1990.

Es un partido que cuenta oficialmente con 50 mil afiliados; que coordina en el Senado el trabajador Manuel Bartlett y cuyo candidato a la Presidencia es el trabajador Andrés Manuel López Obrador.

Buen viaje.

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