La visita de Tom Brady y los Patriots de Nueva Inglaterra a México será un negocio millonario para la NFL y los organizadores de este evento, que debe superar, por mucho, el juego del año pasado entre los Raiders y los Texans. Mucha gente querrá estar en el Estadio Azteca y muchos de los asistentes, como sucede en estos casos, no tendrán ni la más remota idea de lo que es el futbol americano. Estarán ahí por moda, por tomarse la fotografía para presumirla en redes sociales, pero eso les costará mucho dinero.

Obtener un boleto para ese partido puede ser cuestión de suerte —si se hace en el sistema tradicional, en espera de encontrar alguno— o de dinero. La más fácil es la segunda opción, aunque no será nada barata y alimentaría de nueva cuenta a la reventa, que es tan ilógico que siga siendo ilegal, cuando siempre existe y no pasa maldita la cosa.

Esa tiene que ser otra de las prioridades que deben tener las autoridades de la NFL y los organizadores del partido: tratar de evitar la reventa y los precios tan elevados. Ayer anunciaron los candados que tendrán, con una contraseña que solamente permitirá comprar cuatro boletos. La preventa será el 15 de agosto para clientes Banorte y un día después, si es que quedan boletos, para el público en general.

Como sucede en la mayoría de estos casos, el problema es que hay contubernio entre los revendedores y gente de las organizaciones, que permiten a estos personajes hacerse de un importante número de entradas sin que nadie haga maldita la cosa. La NFL tiene que ponerse estricta, porque a diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, en donde la reventa está permitida y a través de algunos sitios de internet ya hay aficionados de estos dos equipos que han asegurado sus entradas, en nuestro país es un acto ilegal. Es más, si quieres boletos para ese partido, ya los puedes comprar en páginas de reventa legal en Estados Unidos; eso sí, necesitas tener una tarjeta de crédito emitida en ese país.

Los precios de las entradas van de los 650 a los seis mil 550 pesos. En la reventa pueden alcanzar hasta los 30 mil. Todo un negocio para estos personajes, que están a la espera de los eventos importantes, y deben detenerlos. Hay palcos que se venden hasta en 300 mil pesos para esa tarde.

Arturo Olivé, director de la oficina de la NFL en México, habló también del grito de “¡Eeeh puto!” y aseguró que a pesar de esta manifestación o de la estupidez de un individuo por sacar un láser para molestar a los jugadores, la Liga no generaliza y no califica a la afición mexicana con notas negativas. Ojalá y esto no existiera, que quienes vayan al Azteca se dejen de estas cosas y sea un espectáculo limpio. La imagen de México ante la NFL, diga lo que diga Olivé, tiene que volver a quedar sin manchas después de estos episodios y del robo del jersey de Brady, quien es el principal atractivo para este juego.

@gvlo2008gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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