A mis compañeras y compañeros constituyentes

Hace 100 años, un dieciséis de diciembre se aprobó el artículo 3º de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos que sentó las bases de la educación como un derecho social en México. Un siglo después, el pasado seis de enero, votamos en la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México a favor del artículo 13, que definirá los cauces y senderos, objetivos y principios del desarrollo de la educación en la capital de la República.
Como hace décadas en Querétaro, hoy la casona de Xicoténcatl es el escenario de un importante despliegue de voluntad, disposición, sensibilidad y cabildeo de los constituyentes para definir el marco normativo fundamental que regirá la educación en la capital. Sólo la historia fraguará, en última instancia, como ocurrió con la Constitución de 1917, los resultados de uno de los más amplios consensos conseguidos hasta ahora entre quienes integramos la Asamblea. Los trabajos iniciaron hace más de tres meses en la Comisión “Carta de Derechos”; largas jornadas e inumerables negociaciones entre los grupos parlamentarios, quienes con gran responsabilidad construimos una reserva firmada por los distintos partidos (PAN, PRI, PRD, Morena, PVEM y PES). El interés de todos por la educación es evidente; finalmente coincidimos, logramos juntos la aprobación del artículo 13 de la Constitución capitalina, que contó con 82 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones. 
El compromiso con la calidad de la educación, con un constitucionalismo social incluyente, con los derechos humanos y la primacía del interés superior de niñas, niños y adolescentes en la educación básica, son algunas de las razones que justifican este logro.
El artículo 13 de la Constitución incorpora derechos y objetivos claros y respetuosos de las facultades y competencias que corresponden a la Ciudad de México. La calidad educativa y su garantía ha sido el norte que siguió la Asamblea en la redacción de esta disposición. La educación básica en la capital —con los mejores resultados en todo el país— seguirá siendo administrada por la Secretaría de Educación Pública. Se ha blindado la gratuidad de los servicios educativos obligatorios: no habrá cuotas y el acceso a la educación estará garantizada para todos. Se determinó ampliar paulatinamente las jornadas escolares hasta un máximo de ocho horas, en las que, además de los contenidos informativos y de conocimientos, se vinculará a los alumnos con la cultura y el deporte como garantía de una vida futura sana. Días de escuela de este tipo constituirán, sin duda, un apoyo para madres trabajadoras y jefas de familia. 
Gracias al importante esfuerzo de las diputadas Yolanda de la Torre y Katia D´Artigues se reconoció la lengua de señas mexicanas como oficial y parte del patrimonio lingüístico de la ciudad; quedó garantizado el derecho de las personas sordas a recibir educación bilingüe.
Ha quedado establecida la autonomía constitucional de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, que deberá impartir servicios educativos con los estándares de calidad que nuestra capital reclama. La entidad es sede de las instituciones de educación superior más importantes del país. Universidades tanto públicas como privadas fueron escuchadas en el proceso de elaboración de este artículo, en el que se promueve elevar los estándares para la formación de profesionistas en nuestra entidad.
La responsabilidad parlamentaria de diputados de las distintas fuerzas políticas, entre los que destacan Dolores Padierna y Juan Carlos Romero Hicks, fue esencial para la aprobación de las bases constitucionales de la educación en la Ciudad de México. Estos frutos madurarán en los años próximos, no tengo la menor duda que serán de tal entidad y alcance, que calarán hondo en la vida y perspectivas de millones de estudiantes, así como en el reconocimiento y apoyo para los docentes.
Seguimos construyendo la Constitución que la Ciudad de México merece y se prevé sea promulgada el próximo cinco de febrero. La aprobación de este artículo 13, el pasado seis de enero (como regalo de reyes para la capital) es uno de los mejores augurios. Como constituyente, me enorgullece haber impulsado este logro y haber formado parte de su consecución. La Asamblea Constituyente cumple con los capitalinos: hemos aprobado un artículo constitucional que fomenta y exige educación de calidad para su bienestar.

Diputada Constituyente
@cynthialopezc1

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