El Sistema Interamericano de Derechos Humanos está compuesto por dos órganos. El primero es la Comisión Interamericana de Derechos, y el segundo la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Una persona que considere que ha sido víctima de una violación de derechos humanos a manos de un agente de un Estado parte, después de haber agotado todos los recursos de la jurisdicción interna, puede presentar su caso ante la Comisión. Ésta, entonces, intenta lograr un acuerdo amistoso entre la víctima y el Estado. Escucha a ambas partes. Al final, si no logró el acuerdo amistoso, y si en su opinión existieron violaciones, emite un informe que envía al Estado con recomendaciones, y le concede un plazo para cumplirlas. Si después de ello el Estado no las cumpliera, la Comisión puede demandar al Estado ante la Corte.

Además, la Comisión tiene otras funciones de la mayor importancia, como la realización de visitas a los países miembros de la OEA, y emite un informe derivado de las mismas, en donde describe la situación analizada y dicta recomendaciones. También realiza audiencias temáticas respecto de países determinados.

La Comisión Interamericana desde hace tiempo se encuentra en crisis, derivada de la falta de recursos que le permitan contar con el personal suficiente para atender la inmensa cantidad de casos que tiene en trámite. Es normal que un caso tarde hasta cuatro años para que se resuelva apenas su admisibilidad. Pero, si esto no fuera poco, la Comisión anunció recientemente que el 31 de julio tendrá que reducir el 40% de su personal, y que, por falta de recursos se ha visto obligada a suspender la realización de las visitas in loco que tenía previstas para este año, así como los dos periodos de sesiones que tenía programados para julio y octubre de 2016.

Lo anterior provocará un colapso en el sistema, dejando sin atención al inmenso número de casos que tiene rezagados, sumados a los que se presenten en el futuro.

La crisis se deriva de que no todos los Estados miembros de la OEA cumplen con sus obligaciones de pago y otros, que aunque sí cumplen, como es el caso de México, no harán las contribuciones voluntarias que acostumbraban. En el caso de México, la causa por la que no realizará esas contribuciones es porque lo que tenía previsto para ello fue destinado a pagar a la propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos la contraprestación acordada para la realización de las labores del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes para el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa.

Además, otros donantes no americanos han suspendido sus donativos por diversas causas, entre ellas, la crisis humanitaria derivada de los conflictos en Siria y los flujos masivos de refugiados que ésta ha provocado.

Por todo lo anterior, la Comisión Interamericana ha hecho un “enérgico llamado a los Estados Miembros de la OEA a asumir su responsabilidad con el Sistema Interamericano de Derechos Humanos”. La próxima asamblea de Estados parte de la OEA se celebrará los días 15 y 16 de junio en Wa-
shington, en la que se discutirá el presente y el futuro de la organización.

Hacemos votos para que los Estados Miembros entiendan que, más allá de la incomodidad que les provoca el que un organismo como la Comisión Interamericana les diga sus verdades en relación con los derechos humanos en sus territorios, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos ha generado tremendos beneficios para la protección de las víctimas en la región, y que su colapso sería una verdadera tragedia. Es necesario que todos los Estados, sobre todo los más ricos, se comprometan a realizar contribuciones generosas y en cantidades superiores a las originalmente previstas, no solamente para que la Comisión no se paralice, sino para que se fortalezca y en el futuro, opere de manera eficiente y sin rezagos.

Integrante del Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la ONU.

@CORCUERAS

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