Un video introductorio y didáctico sobre los alcances y el estado actual de la tecnología y método CRISPR/Cas9, que permite la edición genética, resulta sumamente esclarecedor, interesante y, en buena medida, estremecedor debido a las enormes implicaciones éticas que tiene la práctica científica aplicada a los organismos vivos en aras de su modificación (véase: Genetic Engineering Will Change Everything Forever-CRISPR ).

La modificación genética de distintos organismos no es cosa nueva ni ajena a nuestra cotidianidad, muchos alimentos que consumimos son productos que tienen como base organismos genéticamente modificados (OGM) como el maíz, la soya o el jitomate entre cientos otros (lo que es materia de una discusión distinta no exenta de diversas problemáticas y controversias), pero lo que resulta particularmente llamativo de la edición genética mediante el método CRISPR/Cas9 es el hecho de que ya ha abierto una puerta que nos pone en vía de nuevos horizontes que, si bien pueden ser de enorme beneficio para las personas, la sobrevivencia futura de nuestra especie y la protección de las diversas formas de vida planetaria, también nos introduce en terrenos insospechados que pueden ser terribles y sumamente ominosos pues podrían, además de producir nuevas formas de discriminación y desigualdad social, también dar rienda suelta a experimentos detestables y al fortalecimiento de prácticas e ideologías despreciables como bien podría ser un proyecto eugenésico, que redundaría en el agravamiento y perpetuación de la explotación que, de hecho, ya imprimen los más privilegiados sobre la gran mayoría de la humanidad.

Lo anterior va de acuerdo con el tono y sentido expresado en una reciente publicación de dos de las academias científicas más prestigiosas de los Estados Unidos (la Academia Nacional de Ciencias y la de Medicina): el libro Human Genome Editing: Science, Ethics, and Governance. En él encontramos la postura crítica que un grupo trans-disciplinar de científicos hace con respecto a la edición genómica y, en particular, en torno a sus consecuencias inevitables en casi todos los ámbitos de nuestra vida. Y es que una de las principales problemáticas que debemos afrontar es preguntarnos si el hecho de que podamos modificar el ADN humano, alterando así las capacidades y funciones orgánicas de las personas intervenidas, es deseable, aceptable y prudente. Sobre todo tomando en cuenta que este material genético alterado será transmitido y heredado a la descendencia futura del organismo intervenido.

Uno de los principales temas de la Bioética y de la Filosofía contemporánea comprometidas con la realidad y los problemas concretos de la humanidad, es precisamente el problema moral del “mejoramiento” humano, en particular las controversias morales y normativas que surgen a partir de la modificación del cuerpo mediante la intervención biomédica y tecnocientífica en aras de potencializarlo, lo que lleva directamente a cuestionar los límites de las ciencias y praxis médica, a buscar comprender este fenómeno desde la teoría evolucionista y a intentar construir un marco normativo que regule las futuras aplicaciones de esta tecnología sumamente controversial.

En el debate en torno al “mejoramiento” humano mediante diversas técnicas, incluida la edición genética, podemos encontrar desde las posiciones extremas que quieren prohibirla del todo, las que pretenden dejar que ésta se auto-regule y la posición intermedia-moderada que busca aterrizar una política normativa que se sostenga desde tres principios: 1) el precautorio, 2) el utilitarista (causar el mayor beneficio y el menor daño posible a la persona a la que se le quiere generar una mejor calidad de vida), y 3) el axiológico, que aborda la cuestión de “la naturaleza humana” para fundamentar la “dignidad humana” y dar sustento material a “los derechos humanos” de frente al proyecto que busca “mejorar” las capacidades psicofísicas de las personas.

Como se ve, el asunto no es menor y es una realidad que ya está aconteciendo, por lo que urge informarse, tomar conciencia, debatir desde la reflexión ético-filosófica y comenzar a trabajar para generar los marcos normativos que permitan que este fenómeno no nos rebase y se salga del cauce que lo hace deseable y aceptable en la perpetua búsqueda del ser humano por mejorar sus condiciones de vida y proyectos existenciales.

Directora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México

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