Recientemente se publicó el Índice Mundial de Policía que ubica a México en el lugar 118 de 127 países, y que ante los ojos del mundo nos coloca en el sótano en comparación con otros países en materia policial.

El estudio da evidencia de que no necesariamente un gran número de policías, Fuerzas Armadas y seguridad privada son garantía de buenos resultados en seguridad interna. Tal y como ha ocurrido en México, aún y cuando las corporaciones policiales y de seguridad privada han crecido numéricamente, sólo hemos aumentado en cantidad, pero las autoridades siguen debiéndonos la calidad.

Una de las peores crisis que tiene nuestra policía es la social, y en esto coincide el informe que enlista a México entre los cinco países con peor desempeño en materia de legitimidad, debajo de Kenia, con la misma calificación que Nigeria y únicamente por arriba de República del Congo y Pakistán.

El Informe manifiesta que el nivel promedio de corrupción en el mundo ha incrementado en los últimos años, y nos explica que justamente éste es el mejor predictor de pobres resultados en paz interna. En el caso de México, éste es uno de los rubros que recibió la puntuación más baja del Índice ¿Será la corrupción nuestro talón de Aquiles?

Por otra parte este Informe nos ofrece una gran cantidad de países como referentes para analizar las buenas prácticas que los colocan en los primeros lugares del índice. Por ejemplo: Finlandia con una calificación de .919 es el país mejor calificado en materia de legitimidad; Dinamarca con una puntuación de .948 tiene la mayor capacidad para procesar; etcétera.

En general celebro la publicación de este Índice, porque nos da la oportunidad de compararnos con otros países y darnos cuenta de que en México no se ha logrado el objetivo, y que, a pesar de que se ha invertido en diferentes temas, no se ha mejorado a las policías. Los resultados nos permiten dimensionarnos como país frente al mundo y nos obliga como ciudadanos a levantar la voz y exigir que las autoridades hagan algo al respecto.

No podría decir que los resultados de México me asombran, porque en nuestros recorridos por las instituciones policiales del país, nos hemos dado cuenta que hay mucha precariedad, que falta mucho por hacer para consolidar un Sistema de Desarrollo Policial. ¡Vamos, ni siquiera está funcionando debidamente la Comisión Especial de Desarrollo Policial que se acordó en el CNSP desde 2014!

Sin embargo, también debo reconocer que en México hemos encontrado prácticas promisorias que podrían contribuir a la mejora de las condiciones de nuestras policías. Por ejemplo: la creación de Fuerza Civil en Nuevo León con un sistema de carrera con salarios y prestaciones dignas. El esquema de desarrollo policial diseñado por la Policía Estatal de Querétaro que permite el seguimiento pormenorizado de la evolución de los agentes. Los procesos de certificación en CALEA que han emprendido las Policías Estatales de Baja California y Sonora. La capacitación de policías federales especializados, desde la formación inicial, para desempeñarse en el área de asuntos internos.

En suma, el Informe nos permite conocer cómo nos percibe la comunidad internacional, y redimensionarnos sobre lo que ocurre con nuestra seguridad al interior y por qué la policía no le sirve a los ciudadanos. Nos obliga a reflexionar para mejorar.

Nosotros como sociedad civil hemos hecho mucho al respecto —y nos falta bastante por hacer— para mejorar a nuestra policía. Es por ello que a la par de este esfuerzo internacional es importante reconocer el trabajo que ha realizado la sociedad civil en México evaluando a las instituciones policiales, como es el caso de Causa en Común, Insyde, México Evalúa, Cidac, entre otras.

Presidenta de Causa en Común.
@MaElenaMorera

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