Bienvenidos los aspirantes independientes, muchos son viejos aspirantes y viejos “independientes”.
 (ver referencia: )

Tal vez por eso, por viejos, no quepa una bienvenida. Siempre estuvieron ahí.

Corrijo: bienvenidos los nuevos aspirantes independientes, donde sea que estén..

México es un país, como muchos, de creencias profundas, evidentemente no podemos generalizar de un plumazo a toda la población, pero es cierto que una parte importante de los ciudadanos sigue pensando que la transformación nacional necesariamente debe de pasar por una voz que en sí misma y por ella sola pueda decretar el cambio por medio de discursos más que por acciones concretas.

Seguimos creyendo en caudillismos, en mujeres y hombres poderosos sobre planes y programas que puedan tener un futuro, le damos más importancia a las personas que a los grupos que los representan o a las ideas que los construyeron.

Estamos muy enojados, en el aire se percibe un cólera, totalmente justificado, ante la falta de desarrollo, la ausencia de oportunidades y la frustración de miles a los que les fue cancelado el futuro en aras de los compadrazgos, la corrupción y la impunidad.

Por eso, por el hartazgo contra los mismos, es que han nacido fenómenos como el gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, que, aunque de vieja militancia priista, supo venderse para el electorado nuevo leonés como el hombre que acabaría con los malos, con los rateros, con los que han abusado de su poder.

Ojalá el discurso del Bronco fuera mágico, ojalá cualquiera lo pudiera ser. Ojalá bastara una carta en el zapato para pedir un deseo que se convirtiera de la nada absoluta en una realidad palpable. Pero, no es así.

Ante un sistema cuasi hegemónico de partidos políticos los independientes se han vuelto una amenaza seria, han demostrado que, hasta sin recursos públicos, pueden vencer al monstruo aletargado de la cúpula mexicana.

Pero, ¿lo han hecho solos?, ¿El Bronco hubiera podido derrotar al PRI y al PAN juntos sin el dinero de la otra cúpula?, ¿vale algo Jaime Rodríguez sin el gran respaldo industrial de Monterrey?... Creo que no.

El Bronco no es un político de nueva generación, ni tampoco lo son los aspirantes del viejo grupo San Ángel que hoy quieren venderse como una opción de vanguardia.Por eso, insisto, bienvenidos los nuevos aspirantes independientes, donde sea que estén.

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