Las reformas impulsadas por el presidente Peña Nieto y su instrumentación han tenido múltiples efectos en la opinión pública y se mueven a velocidades distintas. Para empresarios y financieros la energética es la más importante por su impacto en el crecimiento y la competitividad. El estudio Perspectivas de Alta Dirección en México 2015, de KPMG, señala que 64% de ese grupo de la sociedad así lo considera.

Por contra, para la opinión pública en general, las encuestas señalan que la mayoría (62%) considera la reforma educativa como la más importante (GEA-ISA, marzo 2015). Hace semanas, Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, señaló que esa reforma es la más trascendente para el futuro de México.

A pesar de enfrentar resistencias por grupos que ven sus intereses afectados, la reforma educativa va en camino. De los aspectos que requieren análisis, los más importantes muestran progreso, claro, en los estados en los que se aplica, pues en Oaxaca y Guerrero, por una especie de principio de extraterritorialidad y la complicidad de autoridades locales, no se está aplicando cabalmente.

La reforma avanza porque se termina el reparto discrecional de plazas. Entre julio de 2014 y febrero de este año se realizaron concursos para el ingreso de docentes a educación básica, y para ingreso y promoción en educación media superior. Como resultado, se asignaron 33 mil 280 plazas en educación básica, y 9 mil 97 en media superior.

Se fortalece la evaluación educativa. Durante las últimas semanas se aplicó la prueba PISA (OCDE), entre otras, y están listas las bases de los nuevos exámenes nacionales para alumnos y maestros, en sustitución de ENLACE y Excale. Un órgano autónomo evaluará el desempeño del sistema educativo; el INEE aplicará exámenes a alumnos de 3º de preescolar, 6º de primaria, 3º de secundaria, y último grado de media superior.

Aumenta, mejora y se divulga la información. El Sistema de Información y Gestión Educativa (Siged) ha permitido determinar la situación real del sistema educativo. Integra información del Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial de 234 mil centros de trabajo, 23.6 millones de alumnos, y 1.8 millones de personas que laboran en el sistema educativo público. Está disponible en un portal transparente, que ha facilitado la valiosa labor de organizaciones ciudadanas como Mexicanos Primero.

Se redujo la probabilidad de remunerar a quien no contribuya al sistema educativo. Se creó el Fondo de Aportaciones de Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE), que sustituyó al deficiente FAEB. Operativamente se centralizó la nómina, lo que produjo ahorros sustanciales. Ojalá pronto se den las condiciones para poder revertir esa medida, que representa una regresión del federalismo.

Se eliminó la doble negociación con el sindicato. Los gobernadores y las secciones del SNTE acordaron una negociación nacional única con el gobierno federal.

Hay evidencia de progreso en otros aspectos del sistema educativo. No debe subestimarse que se concluyó la actualización del marco legal y regulatorio congruente con la reforma. La instrumentación de la reforma está en curso. Poco a poco la población irá cobrando conciencia de esos cambios.

Sin embargo, por increíble que parezca, hay entidades completas que se rehúsan a aplicarla, sin recato respecto al daño que causan a sus niños, y sin aquilatar el repudio que esto genera entre la mayoría de los mexicanos. La reforma educativa está construyendo un país nuevo y mejor, del cual lamentablemente esos niños y jóvenes quedarán fuera. Vaya injusticia.

Economista

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