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Parece que se ha convertido en SOPA de todos los días las intenciones desde el Estado por limitar los derechos digitales de los ciudadanos; apenas el año pasado, por ahí de octubre, la llamada Ley Fayad nos puso en jaque con su iniciativa de Ley Federal para violar de manera legal la privacidad de los internautas mexicanos con la excusa de prevenir y sancionar los delitos informáticos, prevenir con poca inteligencia que se compensaba con muchos ojos viendo cada uno de nuestros movimientos. Antes de Fayad, la PIPA, la SOPA y otras más nos han quitado el sueño; qué decir de los intentos de algunos servidores públicos de varios estados que han tratado de vetar la libertad de expresión porque se han sentido ofendidos con lo que se dice de ellos en las redes sociales.
Esta vez nos amenaza algo llamado el TTP, es decir el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, un acuerdo entre 12 países de ambos lados del Pacífico que incluyen, de este lado, a Estados Unidos, México, Perú y Chile, lo que promete un mercado de más menos 100 mil millones de dólares. Y aunque el tratado lleva ya un rato cocinándose, llama la atención que en México sepamos poco (o nada) de su existencia. Empiece a sospechar desde este punto, si necesita alicientes, le diré que los acuerdos iniciales los hizo públicos WikiLeaks antes que los vehículos de comunicación oficiales.
Si bien el TTP es básicamente un acuerdo comercial, en la letra chiquita hay asuntos importantes en lo relacionado con los derechos digitales, no como un apartado en pero sí disemidados a lo largo y ancho del acuerdo. Entre los puntos más destacables están la transferencia de datos personales entre los países firmantes, estos datos incluyen las búsquedas que se hacen desde el navegador, datos bancarios, registros de hospitales y escuelas, así como los datos de distintos servicios de telecomunicaciones (llamadas, mensajes, audios) y datos empresariales; la principal preocupación, más allá del claro espionaje a los usuarios de Internet, está en que esa información estará a la mano de países con sistemas de protección más vulnerables, y hasta hoy no hay ningún tipo de requerimiento mínimo en la seguridad para proteger dichos datos. Cabe mencionar que en acuerdos similares, la Unión Europea ha considerado que Estados Unidos no tiene los sistemas de encriptación necesarios para contener información compartida con ellos, y que le tomó al país vecino más de un año ponerse al nivel de los estándares que exigen en Europa, en este sentido dichas exigencias no las pide ningún país latinoamericano o asiático, y si EU, que es el país con la mejor infraestructura de todos los firmantes al TTP, imagine cómo está la situación de los demás, incluidos nosotros; qué decir de Perú, Vietnam o Malasia. Otro punto importante es que el acuerdo obliga a los países firmantes a crear mecanismos que limiten (tal cual) los contenidos en entornos digitales, un golpe directo a la libertad de expresión y los derechos de autor. Sin duda hay que estar pendientes de lo que resolverá el Senado mexicano que, dicen, tiene cierta urgencia en aprobar esto, antes de que alguno de los actuales candidatos al gobierno de EU asuma la presidencia, ya que ambos están en contra de dicho Tratado
@lacevos
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