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El ajolote, ese hermano mellizo de Quetzalcóatl, símbolo de un país que no llega a madurar; recuerdo del sorprendido Humboldt que lo acompañó hasta la muerte; pretexto Cortazariano para crear su propio Gregorio Samsa cuando en una epifanía exclamó “ahora soy un Axolotl”. El monstruo de agua que se cree extinto tanto en Xochimilco como en Chalco, es el símbolo perfecto para revivir también a la lengua que le da voz.
En el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) crearon un repositorio de alrededor de un millón de palabras al que bautizaron Axolotl. Este impresionante archivo digital, único por sus características, será la base para crear un traductor automático de importancia que dejará atrás los tibios intentos que se han producido hasta ahora para estudiar y entender mejor el lenguaje que usaban los antiguos y que es, hoy por hoy, la lengua materna de más de un millón y medio de personas, cantidad suficiente para hacerla la segunda más hablada de este país; en ese sentido, el repositorio gratuito del Instituto de Ingeniería (y del Grupo de Ingeniería Lingüística) de la UNAM se convierte en uno de los proyectos culturales y lingüísticos más importantes de México, y con Axolotl como base se espera promover la generación de tecnologías para esta y otras lenguas que se hablan en el territorio nacional.
Con todo, el proceso para crear un diccionario náhuatl-español dista de ser sencillo, esa segunda lengua carece de algunas normas básicas que sí existen en castellano, y está también el dilema de las distintas variaciones dialectales: desde la que se habla en Durango, hasta la que se usa en Chiapas; también hay que mencionar que las variantes más actuales del náhuatl incluyen adverbios interjecciones y conjunciones tomadas del español.
Los creadores de Axolotl han recopilado una serie de documentos antiguos que están ya digitalizados, ese millón de palabras proceden de 38 libros. Por el momento, el repositorio está dividido en tópicos para facilitar la consulta, desde temas históricos hasta musicales. Las consultas, hasta ahora, funcionan de manera distinta a las de un diccionario común, en principio no se despliega la traducción de una palabra en español al náhuatl; en vez de eso, este “diccionario” muestra fragmentos en los textos digitalizados y su asociación con esa lengua. Este importante corpus se encuentra disponible en la liga: http://www.corpus.unam.mx/axolotl/ y tras un sencillo registro se tiene acceso a dicho repositorio. Hay que decir que el sitio está en fase beta y que se realizan actualizaciones de manera frecuente.
El proyecto Axolotl busca ser la base digital para futuras herramientas de procesamiento y análisis de las lenguas que se hablan en México; la creación de un diccionario, en su sentido más estricto, está ya planeada y saldrá a la luz en un futuro no tan lejano. Revitalizar una lengua casi muerta para nosotros es un tremendo reto, casi como revivir al ajolote en el que se inspira este interesante proyecto de la máxima casa de estudios en México.
@Lacevos
herles@gmail.com
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