En este mundo globalizado, de competencia frontal entre países por atraer las inversiones que fluyen en el entorno internacional y de las grandes firmas que dominan el mundo, México lleva años intentando hacerse de un pedazo del pastel.

Un dato que sirve para dar una señal de cómo está el país en la materia se encuentra en el nivel de inversión extranjera. En 2015 llegaron 34 mil millones de dólares, pero la cifra ha venido decreciendo, pues en 2014 fueron 50 mil 931 millones y en 2013 poco menos de 43 mil millones. La mayor o menor atracción de un país ante los capitales extranjeros depende al menos de dos factores: la confianza que existe en sus instituciones por el manejo responsable de la economía o bien de las condiciones que existen para crear empresas.

Una de las condiciones mínimas que se plantean para alentar un sano clima empresarial es la regulación imperante en el país para hacer negocios evaluada desde cuatro indicadores básicos: tiempos, costos, trámites y calidad regulatoria. Y en este aspecto el Banco Mundial dio a conocer ayer los resultados del reporte Doing Business efectuado en las 32 entidades mexicanas.

La fotografía que arroja el estudio es una de claroscuros, hay estados que han realizado reformas y se colocan a la par de países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), mientras otros avanzan poco o nada. El desempeño de los estados mexicanos es superior al promedio latinoamericano, lo cual es un buen principio, pero lo ideal es compararse con aquellos que son los mejores calificados a nivel mundial.

En la clasificación hay entidades que muestran un desempeño superior al de la media de países integrantes de la OCDE. Se trata de entidades cuyos gobiernos han hecho reformas administrativas para disminuir la burocracia y allanar el camino a todos aquellos, nacionales o extranjeros, que desean invertir sus recursos.

Abrir una empresa en México requiere en promedio de ocho trámites, que toman 14.6 días. Se ha avanzado en los últimos años, pues antes el tiempo era incluso el doble.

¿Por qué es importante facilitar el clima de negocios? No se trata de hacer los cambios y ya, sino de perfeccionarlos siempre a la par de las mejores prácticas internacionales. Para los gobiernos locales debe quedar claro que es sembrar para cosechar en el futuro y terminar con prácticas perniciosas como engorrosos trámites burocráticos en oficinas alejadas para sustituirlas por operaciones simplificadas vía internet. Empezar a cambiar lo que esté rezagado es imperativo.

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