Frentistas inundan Paseo de la Reforma

phenelope.aldaz@eluniversal.com.mx

Fue hora de mostrar músculo y los frentistas afirman que lo lograron. Las banderas, predominantemente amarillas, desfilaron desde el Monumento a la Revolución hasta el Ángel de la Independencia.

El paso de los contingentes obligó a suspender el servicio de las Líneas 1 y 7 del Metrobús y modificar el Paseo Ciclista.

Al frente del templete se ubicó el contingente de los bomberos, el grupo sindical que a lo largo de la campaña enfrentó la polémica; en el costado derecho se apostaron los provenientes de Gustavo A. Madero y los pendones naranjas de Movimiento Ciudadano; a la izquierda se ondearon las banderas blanquiazules del PAN, las menos.

En su cierre de campaña, Alejandra Barrales fue arropada por los liderazgos del PRD: Héctor Serrano, quien fue nombrado uno de sus voceros, pero nunca la acompañó a actos públicos de campaña; Raúl Flores, dirigente del PRD, quien siempre se mantuvo detrás de ella. Jesús Zambrano, Jesús Ortega y Héctor Bautista también se hicieron presentes.

Jorge Romero y Mauricio Tabe, representaron al PAN. Las dirigencias nacionales del PRD, Manuel Granados, y de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, no faltaron; Damián Zepeda, líder nacional del PAN, no llegó.

A Barrales la flanquearon el ex jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera y el candidato presidencial, Ricardo Anaya, quien aprovechó para agradecer a los frentistas en la Ciudad por apoyarlo.

Desde las 8:00 horas comenzaron a llegar algunos militantes, con playeras amarillas, blancas y algunos privilegiados, con camisetas verdes similares a las de la Selección Mexicana y gorras con el nombre de la candidata.

Los asistentes sacaron sus mejores pasos y cantaron al ritmo de la Sonora Dinamita, que amenizó el acto político.

Poco después de las 11:00 horas, el tronar de los cohetes fue el anuncio del evento protocolario. Al finalizar, desde el escenario se aventaron balones de futbol, como parte de la fiebre mundialista que se vive y de la que los perredistas no quisieron ser ajenos.