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Hay quienes viajan para vivir y conocer de cerca la guerra. Para ellos existen tours especializados, con una ración de adrenalina incluida. Tomarse unas vacaciones de riesgo requiere grandes dosis de valor y tal vez un poco de inconsciencia. Las motivaciones que lleven a alguien a un destino en conflicto oscilan, desde la curiosidad, el morbo, el deseo de conocer la realidad o el de meterse en la piel de los demás.
Foto: EFE/EPA/Andre Pain
En 2016, un grupo de turistas que viajaban por Afganistán escapó por suerte de un proyectil que impactó en el autobús que utilizaban para su ruta, según publicó un medio británico.
Lo desconcertante es que el autobús estaba circulando en una zona destrozada por la guerra. Entre los turistas había británicos, alemanes y estadounidenses.
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En aquel momento, no se supo por qué estaban en aquel lugar, pero salió a la luz la existencia de operadores turísticos que ofrecían escenarios de guerra como destinos vacacionales.
Warzone Tours, por ejemplo, ofrece experiencias extremas . En su web lo venden así: “A pesar del nombre políticamente incorrecto, ofrecemos una experiencia sorprendente y única”.
No todas las experiencias están envueltas en una guerra en el momento del viaje. También visitan escenarios de guerras pasadas.
Foto: EFE/ Pablo Tosco
Hay viajes a Iraq , Beirut (Líbano), Somalia y otros países africanos. Estos lugares admiten turistas hoy en día, la diferencia es que, según las informaciones que facilitan, Warzone Tours vende la violencia y el conflicto como parte del recorrido, aunque promete seguridad.
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El tipo de cliente que se aventura a este tipo de viajes, según dijo el fundador de Warzone Tours, Rick Sweeney, al Financial Times es un hombre que nunca ha estado en el ejército, con alto poder adquisitivo y que puede pagar por la aventura que no pudo experimentar durante su vida laboral.
Foto: EFE/EPA/Jawad Jalali
La mayoría son empresarios de mediana edad que ganan más de 100 mil dólares al año, pues la seguridad no es barata al contratar guardias de confianza.
Quien quiera tener una experiencia como las que ofrece Rick Sweeney, debe tener preparados alrededor de unos 40 mil dólares.
También hay otras empresas que ofertan viajes estrechamente relacionados con las guerras, pero que huyen del conflicto y del atractivo que esto puede crear en cierta audiencia.
Hinterland Travel, por ejemplo, ofrece experiencias en Afganistán e Iraq. Sin embargo, se centran en visitas culturales, arqueológicas e incluso religiosas, con un importante foco en las personas locales.
Foto: EFE/EPA/Hedayatullah Amid
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Untamed Borders organiza travesías a lugares peligrosos : República Centroafricana, Sudán del Sur, Eritrea, Somalia, Siria o Libia, pero dice identificarse con viajes de aventura y alejarse de los viajes de guerra , macabros o de morbo. Sus tours son culturales de trekking o esquí, entre otras actividades al aire libre
Foto: EFE/EPA/Rehan Khan
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