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Ixi’im se construyó a partir de la intervención arquitectónica en la casa de máquinas de la Hacienda henequenera que hoy ocupa el nuevo complejo turístico, el cual consta de una serie de estructuras independientes del siglo XIX. La solución arquitectónica comprende un gran marco metálico que, sin tocar los antiguos muros, teje los espacios que dieron cabida al antiguo proceso de producción que albergaba el edificio, integrando el pasado y futuro, el cual celebra la rica herencia cultural y estética de Yucatán, utilizando materiales como el metal, cristal, pisos de pasta, maderas y piedras de la región.
(Foto: Cortesía)
Las puertas de la terraza se abren completamente, integrando de forma extraordinaria la naturaleza y belleza exterior que lo cobijan. Los lavabos son un diseño original de cantera machueleada, con un rosetón de mármol blanco cortado con láser.
En cada uno de los muros del restaurante se utilizó piedra de la región y chukúm, que se colorean con una técnica maya provocando superficies aterciopeladas y bidimensionales, La intervención por medio de una estructura indpendiente permitió conservar la belleza intacta de la totalidad de los muros originales. Los pisos son de pasta, realizados con la técnica original de Yucatán y pintados a mano en blanco y negro con intervenciones de decks en madera cumarú.Por su parte, el estanque de granito mantiene una flama viva que representa la alquimia que sucede en la preparación de los alimentos; esa transformación gozosa que provoca una buena comida, rodeado de personas entrañables en uno de los espacios más bellos. La cocina y gastronomía de Ixi’im fue creada por el chef Jorge Vallejo, del restaurante Quintonil.
Dentro del restaurante se exhibe la colección más grande del mundo de botellas de tequila, la cual fue certificada por los Record Guinness. Presentada con una pieza de arte, la colección es desplegada mediante una estructura metálica diseñada en conjunto con el marco que soporta las cubiertas del edificio y que integra la iluminación de los muros existentes.
La barra principal es una pieza única, realizada con partes de camiones y un espejo envejecido, última obra del artista local George Samuelson. Asimismo, el escritorio de la recepción fue creado con una sola pieza de madera y una estructura de piedra semipreciosa. Para no afectar la naturaleza y originalidad del edificio histórico, Ixi’im cuenta con techos falsos de madera que reducen el ruido y además cobijan al visitante. El diseño de la lámpara principal está inspirado en los guajes mexicanos, una raíz que se vacía y se utiliza como recipiente, la cual fue pintada de negro y su interior forrado con hojas de cobre que provoca una iluminación que juega con la luz y con espacios en penumbra: un espacio hermoso que celebra el ambiente de Yucatán.
(Foto: Cortesía)
“Como cada año, los Prix Versailles promueven la interacción exitosa entre la cultura y la economía en situaciones reales, tomando en cuenta la relación arquitectónica con el legado de una construcción y los objetivos de desarrollo sustentable”, comentó Ernesto Ottone Ramírez, director general asistente de la Unesco para la Cultura. Asimismo, Thomas Vonier, presidente de la Unión Internacional de Arquitectos y miembro del Jurado Mundial del Prix Versailles 2018, destacó que cada uno de los candidatos “reflejan a los mayores talentos de arquitectura y diseño del mundo”.
(Foto: Cortesía)
El Prix Versailles es un premio otorgado por la Unesco que reconoce lo mejor de la conjunción de diseño de interiores y exteriores de proyectos comerciales en seis regiones del mundo: África y Asia Occidental; América Central, el Sur y el Caribe; América del Norte; Asia Central y nororiente; Asia del Sur y del Pacífico; y Europa, clasificados en cuatro categorías principales: tiendas, centros comerciales, hoteles y restaurantes. Solo 12 proyectos en todo el mundo merecieron este reconocimiento.
