Localizado en San Petersburgo, Rusia , es uno de los museos más grandes del mundo. Su complejo abarca cinco edificios : Pequeño Hermitage, Gran Hermitage, Nuevo Hermitage, Teatro del Hermitage y el famoso Palacio de Invierno que alguna vez fue residencia imperial. La colección abarca antigüedades y arte de Rusia, Europa occidental y algunos países orientales. Entre sus piezas más importantes se encuentran pinturas de Da Vinci , Rembrandt y Rubens .

El Palacio de Invierno

Fue construido entre 1754 y 1762 a petición de la emperatriz Isabel I , quien deseaba que sobresaliera entre los más espectaculares palacios europeos. Por tal motivo, en un principio se planeó como una construcción de estilo barroco, pero cuando Catalina “la Grande” ascendió al trono y la edificación estaba casi lista, se inclinó hacia el neoclasicismo ; en realidad varios arquitectos estuvieron involucrados en su diseño. Fue residencia imperial hasta 1917 , cuando se convirtió en museo. Es fácilmente reconocible por su gran fachada principal, que mide 150 metros de largo.

Más edificios

Existen otras construcciones que no pertenecen al complejo del Hermitage, pero sí exhiben parte de la colección del museo. Entre ellas está el antiguo Edificio del Estado Mayor , que hoy en día en su ala oeste alberga pinturas y esculturas de los siglos XIX y XX. Otro ejemplo de esta categoría es el Palacio Ménshikov , que fue hogar del primer gobernador de San Petersburgo, así como el Museo de la Fábrica Imperial de Porcelana.

Duerme como un zar

Si durante tu visita quedas impactado con la vida imperial, da un paso al siguiente nivel en el hotel oficial del museo, que se inauguró en 2013 y está ubicado a 10 minutos. La decoración del alojamiento está basada en los interiores del recinto cultural; es decir, luce como un palacio . Todas las suites tienen mobiliario original diseñado en Italia, amenidades de lujo y baños de mármol. El menú del restaurante principal elabora platillos históricos, algunos del siglo XIX.

La historia

Todo comenzó en 1764, durante el mandato de Catalina “la Grande”. En ese año, la emperatriz adquirió la primera de las colecciones que eventualmente conformarían lo que hoy es el museo. Originalmente el conjunto de 225 piezas estaba destinado al rey Federico II, de Prusia, quien finalmente no pudo comprarlas por falta de recursos tras la Guerra de los Siete Años . A partir de ese momento, la colección continuó creciendo por los siguientes dos siglos.

Cinco imperdibles

1. Sala de Leonardo Da Vinc

i (Gran Hermitage), con dos trabajos del artista: Madonna Benois y Madonna Lita.

2. Sala de Júpiter

(Nuevo Hermitage). Se llama así por una estatua romana de Júpiter que aquí se exhibe, la cual data del siglo I. El salón se enfoca en la escultura y tiene obras de autores como Miguel Ángel y Antonio Canova.

3. Sala de Malaquita

(Palacio de Invierno). Este salón de entretenimiento fue construido en 1839 y exhibe objetos de arte decorativo del siglo XIX. Es conocido por sus columnas y ornamentos hechos de malaquita, bajo una técnica llamada “mosaico ruso”.

4. Sala de Mayólica

(Nuevo Hermitage). Resguarda dos obras maestras de Rafael: Madonna Connestabile y La Sagrada Familia.

5. Galería del Tesoro.

Para visitarla es necesario reservar un tour. Su muestra incluye una gran colección de joyería de la familia imperial (piezas elaboradas entre los siglos XVI y XX) y objetos de oro de origen medieval, provenientes de distintas regiones.

En números

3 millones 150 mil 428 obras

integran el inventario del museo. Entre ellas, más de 17 mil pinturas, 12 mil esculturas y un millón de piezas de numismática.

4 mil personas

participaron en la construcción del Palacio de Invierno.

47.5 metros

mide la Columna de Alejandro, monumento frente al Palacio de Invierno. Construida en 1834, en honor a la victoria del ejército de Alejandro I ante Napoleón.

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