Mamá quiere visitar otro museo, papá jugar golf y los hijos, conocer un parque. Los viajes en familia tienen varios mitos. El primero es que, si se viaja con niños, los papás deben ponerse su playera de Mickey Mouse y olvidarse de disfrutar una vida de adultos. El segundo, es que algunas ciudades culturales son aburridas para los más pequeños.

¿Y si eligen un destino en el que todos puedan disfrutar?

Las Vegas, Nevada

Esta ciudad tiene todo lo que podemos imaginar: espectáculos, bares, restaurantes, clubes y hoteles que siempre encuentran la forma de reinventarse. Es más, uno puede pasarse una semana entera sin mirar ruletas y máquinas de juego y optar por aventuras al aire libre, contacto con la naturaleza, obras de arte, relajación, ferias, lugares para comprar y la mejor gastronomía del mundo. ¿Qué tal un tour por el Gran Cañón , un paseo en helicóptero, una montaña rusa en la cima de un rascacielos y terminar el día en las Fuentes del Bellagio ? Inviten a los abuelos, por si los papás quieren salir a uno de sus centros nocturnos o tener una velada romántica.

La ciudad de Puebla

Este destino incluye mucho más que iglesias coloniales o el famoso zoológico Africam Safari. Aunque estas opciones son suficientes, se van a morir de ganas cuando consideren sus museos interactivos y modernos. Como el complejo museístico La Constancia , asentado sobre lo que fuera una fábrica textil. La capital poblana cuenta con la primera réplica a nivel mundial de la Haus der Musik en Austria, en la que se puede realizar un viaje musical y entender qué es el sonido. También está la Casa del Títere , con más de 800 piezas, y el Museo del Barroco, construido por el arquitecto Toyo Ito (ganador del Premio Pritzker de arquitectura en 2013).

La Paz, Baja California

Sus costas son de ensueño. Tal es el caso de su famosa playa Balandra . Aunque cualquier rincón es digno de Instagram, este lugar es el escenario más famoso por su roca en forma de hongo. Otras tres playitas son La Ventana, ideal para deportes acuáticos; el Tecolote , con atardeceres de película; y El Corumel , ideal para los pequeños por su parque acuático. En la ciudad, caminar por el malecón para tomar un helado, andar en bici o ver un atardecer, es un paseo obligado. Sus más de cinco kilómetros no solo esconden hermosos páramos de vegetación y e l golfo de California en vista panorámica, sino una serie de esculturas entre las que destaca la del oficial naval Jacques Cousteau.

Oslo, Noruega

¿Alguien dijo vikingos ? ¿Se te había ocurrido que la capital de Noruega es un lugar perfecto para viajar en familia? Para ser testigos de los orígenes nórdicos hay que ir al impronunciable museo de los barcos vikingos llamado Vikingskipshuset, imperdible para chicos y no tan chicos. Ahí resguardan tres barcos originales con más de mil años de antigüedad. Muy cerca está el Norsk Folkemuseum (museo del pueblo noruego), un encantador escenario al aire libre que refleja las diferentes geografías y culturas noruegas. Este lugar es una belleza total en la que querrán tomarse mil fotos en familia. La mejor manera de llegar a los museos de la ciudad es vía ferry, pues el mar está a la vuelta de casi cada esquina.

Algunos tours incluyen recorridos por el fiordo con la posibilidad de subir y bajar en las diferentes atracciones, como la impresionante Ópera o el espectacular Atrup Fearnley Museet , de arte contemporáneo. Los oslenses aman y aprovechan sus hermosísimos parques. Pueden ir al súper y comprar viandas para armar un picnic y disfrutar de la ciudad.

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