¿Tu sueño es conquistar un río a toda velocidad? Primero debes saber que existe una escala internacional para medir la intensidad de sus rápidos, la cual va del I al VI. Por lo general, los ríos donde se llevan a cabo recorridos turísticos llega hasta la clase III, pues las siguientes sólo son aptas para los expertos.

Huasteca Potosina

Con sus rápidos clase III, el paseo por el río Tampaón no sólo es emocionante: la mejor parte son sus escenarios, con aguas turquesa y paredes de piedra caliza. Explorarlo toma alrededor de tres horas; en el camino hay algunas secciones más tranquilas, donde se hacen paradas para que los más valientes salten al agua desde una roca a 10 metros de altura. Además, algunos tours te permiten llevar a tu perro en la balsa (únicamente aceptan razas medianas y grandes).

Se encuentra a 50 minutos de Ciudad Valles, San Luis Potosí, y se puede visitar de abril a octubre.

Veracruz

A una hora de Xalapa se localiza el municipio de Jalcomulco, que tiene varias opciones si amas las emociones fuertes. El río Pescados es uno de los más conocidos para hacer rafting; oscila entre las clases III y IV y permite ser recorrido todo el año. Es un poco más tranquilo, pero igual de famoso, el río Antigua, de clase II y III; sus recorridos se hacen únicamente de julio a octubre.

Oaxaca

¿Creías que visitar Huatulco sólo significaba disfrutar la playa? A una hora está el río Copalita, que no deja de ser un poco intimidante aunque está rodeado de frondosa vegetación. Algunas touroperadoras ofrecen distintas rutas, dependiendo de qué tan “intenso” quieras el paseo. Hay zonas tan tranquilas que toda la familia puede participar, como Puente Bocana, y otras que llegan a alcanzar la clasificación IV, donde todo el tiempo sentirás adrenalina.

Chiapas

Aquí, tu experiencia no sólo será de aventura, sino cultural. En la Reserva de la Biósfera Montes Azules, el río Lacanjá queda muy cerca de algunas comunidades lacandonas, que han desarrollado servicios turísticos para los viajeros interesados en conocer sus costumbres. Entre las actividades alternas que ofrecen, está un tour de rafting. La ruta no es muy complicada, pero tiene sorpresas, como algunos saltos al agua con casi tres metros de altura.

Si te hospedas en alguno de los campamentos, como Río Lacanjá o Top Ché, tienes otro privilegio: despertar en medio de la selva, escuchando el canto de las aves.

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