El qatarí Nasser Al-Khelaifi, presidente del Paris Saint-Germain, empresario de medios y uno de los hombres más poderosos del futbol internacional, es investigado en Suiza por presuntos sobornos en la asignación de derechos televisivos de la FIFA para los Mundiales de 2026 y 2030.

El caso, abierto el 20 de marzo pasado, pero dado a conocer ayer por la fiscalía general suiza, involucra también al ex secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke. La fiscalía investiga si el francés recibió “ventajas indebidas” de parte de Al-Khelaifi, quien además de presidente del PSG, es director ejecutivo del BeIN Media Group, una importante empresa de comunicación qatarí.

Además, se investiga a otro empresario ligado a los derechos deportivos, del cual no se mencionó el nombre, por presuntas irregularidades en la concesión de derechos televisivos, “en determinados países” para los Mundiales de 2018, 2022, 2026 y 2030.

En su comunicado, la fiscalía suiza mencionó los cargos de sobornos, fraude, gestión desleal y falsificación de documentos. Como parte de la investigación, se realizaron registros en Francia, Grecia, Italia y España. Los allanamientos incluyeron las oficinas de BeIN Sports en París.

Según el Eurojust, “se registraron múltiples oficinas, se incautaron bienes y se realizaron entrevistas como parte de una operación conjunta”.

A través de un breve comunicado, la empresa confirmó el registro de sus oficinas y negó los cargos de la fiscalía suiza.

“BeIN Media Group niega todas las acusaciones vertidas por la fiscalía general suiza. El grupo colaborará totalmente con las autoridades y aguarda con serenidad las nuevas etapas de la investigación”, dice parte del comunicado, difundido en su página web.

La investigación anunciada salpica también a Valcke, quien fue durante muchos años la mano derecha de Joseph Blatter en la . El francés fue despedido del organismo en enero de 2016 por participar en actividades corruptas. El nuevo escándalo en torno a Al-Khelaifi supone también un nuevo golpe para Qatar, que será la sede del Mundial de 2022.

A fuerza de millones, el emirato está extendiendo cada vez más su influencia en el futbol. Sin embargo, las acusaciones de corrupción en la asignación del Mundial 2022, así como las violaciones a los derechos humanos en la construcción de los estadios para la cita, han afectado la imagen internacional del país.

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