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Vecinos del Estadio Azteca, sin ilusión por el Mundial 2026; el otro rostro de la Copa del Mundo, el que no sonríe

Mientras se trabaja en el Estadio Banorte, vecinos de la zona aseguran que el torneo no les dará beneficio alguno

La fachada del histórico inmueble ya presenta muchos avances, aunque todavía se labora a marchas forzadas en la explanada. Foto: Diego Prado / EL UNIVERSAL
28/10/2025 |00:43
Sebastián García Méndez
Periodista y reportero en EL UNIVERSAL DeportesVer perfil

Guillermo lleva décadas en el negocio de la herrería. Su local está ubicado a unas calles del estacionamiento del y en días de partido, debido al número de vehículos y personas que transita la zona, es complicado llevar a cabo sus labores.

Creció junto al Coloso de Santa Úrsula, vivió de cerca los Mundiales de 1970 y 1986, pero nunca se ha sentido parte de la gran fiesta que significa una Copa del Mundo. Durante la primera justa mundialista en el país, a Guillermo se le ocurrió vender chicles para ayudar en los gastos de su escuela; estaba por salir de sexto, pero tuvo el infortunio de ser detenido porque estaba prohibido.

Ahora recuerda ese amargo episodio entre risas; sin embargo, lamenta que “no puedas hacer negocio en un evento así”.

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Las anteriores butacas ya fueron retiradas. Foto: Diego Prado / EL UNIVERSAL

“A mí me da lo mismo. No nos beneficia en nada, al contrario, se supone que van a cerrar los negocios, no podrán vender. Ahora, las personas de aquí hay personas que venden y de ahí sacan para comer”, dijo en charla con EL UNIVERSAL Deportes.

El ambulantaje estará prohibido durante los cinco partidos que albergará el hoy llamado Estadio Banorte y aunque es una versión extraoficial, los rumores indican que ni las tiendas de abarrotes podrán vender durante los encuentros del Mundial.

“Les está costando un huevo arreglar adentro, y ahora quieren hacer cosas afuera”, agrega Guillermo, vecino de toda la vida del Coloso.

Junto a él, su amigo de infancia, de nombre Santos, recuerda que para el México 1986 querían pintar del mismo color todas las casas aledañas al recinto, pero “no se hizo. Te iban a dar el material y todo para hacerlo, pero a la mera hora no pasó”.

Santos recuerda que fue a un partido en México 1970 y a uno más en 1986; sin embargo, para esta edición no siente la misma alegría. “Recuerdo el Himno en el estadio y se me levantan los pelos. Ahora como que no, no es lo mismo”, concluyó.

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