Ven en iglesia de La Conchita vestigios de capilla que construyó Hernán Cortés

Los elementos arquitectónicos hallados hace seis años en la iglesia La Conchita , derivados del seguimiento a los trabajos de restauración, recimentación y mejoramiento en el inmueble, habrían pertenecido a una capilla que mandó construir Hernán Cortes, en 1524.

Entre 2012 y 2014, Juan Cervantes, María de la Luz Moreno y Alejandro Meraz, especialistas de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, registraron los hallazgos suscitados durante la investigación arqueológica en la Inmaculada Concepción, templo ubicado en la Plaza de la Conchita, en el centro de Coyoacán.

Ahora, seis años después, los especialistas realizaron un recuento de los hallazgos durante una conferencia virtual que forma parte del Seminario de Estudios sobre Coyoacán, organizada por la Coordinación Nacional de Antropología .

Cervantes y Moreno explicaron que en 1524, Cortés ordenó a los habitantes del pueblo de indios de Coyoacán, tierra llamada de Ecatempan, iniciar la construcción de la pequeña capilla provisional, la cual fue edificada en poco tiempo con materiales perecederos, como madera, adobe y lodo, a diferencia de la ampliación y las modificaciones que se harían en los siglos XVII, XVIII y XIX.

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Los especialistas señalaron que las evidencias prehispánicas, las cuales consistían en la elevación del terreno y la presencia de una estructura tepaneca, parte de un conjunto arquitectónico donde debe haber existido una plaza, dieron la pauta para la ubicación de la pequeña edificación.

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“La capilla construida contó entonces con un gran atrio y conforma hoy lo que popularmente se conoce como Plaza o Jardín de La Conchita, erigida en el mismo espacio que los elementos arquitectónicos prehispánicos y aprovechando su presencia”, dijeron los investigadores.

De acuerdo con los datos recabados durante el rescate arqueológico, a mediados del siglo XVIII, ya bajo la orden de los dominicos, se llevó a cabo la edificación de la iglesia de la Inmaculada Concepción, actualmente en pie, tras la demolición de una construcción anterior, de dimensiones y planta distintas a la existente, cuya cimentación quedó sepultada.

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“Tendríamos una primera construcción del siglo XVI de la que no hay evidencias, salvo algunos entierros que debieron estar asociados a la misma, y que estuvo ubicada más al este, hacia la zona del altar. En segunda instancia, tenemos los pisos de otra estructura con una planta similar a la de una capilla abierta, de finales del XVII o inicios del XVIII, y que también contó con inhumaciones, sobre la cual se construyó (hacia 1750) la iglesia que vemos hoy en día”, explicó el arqueólogo Juan Cervantes.

En el sitio, recordaron, se recuperaron dos entierros del periodo Posclásico Temprano, y uno más del Posclásico Tardío. En total se recuperaron los restos de más de 500 individuos, de los cuales el 80% falleció en edad adulta.

También fue descubierto un relleno conformado por más de 100 vasijas completas y fragmentos de ollas, jarras, palanganas y orzas. Al interior de algunas de las vasijas se aplicaron análisis palinológicos y se identificó la presencia de restos de cordeles de fibras de maguey, de las especies de agave pulquero y agave salmaina, así como de caña de maíz (Zea mays); igualmente, se determinó la existencia de semillas y restos de frutos y vegetales, como tuna, chile, frijol y haba, depositados, quizá, con fines de oblación, y algunos otros, como colorín (Erythrina) y pirú (Schinus mole), tal vez, con un propósito ritual.

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