En algún lugar el arcoiris es una obra escrita para la víspera de Año Nuevo. La acción sucede el primero de enero de 2011, año en que oficialmente se declararon legales los matrimonios entre personas del mismo sexo en la Ciudad de México:

“Es la historia de Xabi, un hombre gay que en los años 80 vivió la represión hacia las personas homosexuales. Uno de los motivos por los que él nunca celebraba el Año Nuevo era porque sentía que no había nada que celebrar; porque eran años de lucha, años de discriminación. Justo ese día, él decide por primera vez celebrar el Año Nuevo, y toda la obra se desarrolla en el recorrido de una tienda a la que él va todas las mañanas y el regreso a su casa en Paseo a la Reforma. Porque va reflexionando sobre todo lo que fue ser una persona gay en los años 80 y hace un recuento de cómo se les violentaba, cómo se discriminaba”, explica Andrés Castuera-Micher, director, autor e intérprete de la obra.

El monólogo transcurre en dos tiempos, entre el recorrido de Xabi en 2011 y los flashbacks hacia la década de 1980 con los recuerdos del momento en que salió del closet, el rechazo de su propia madre, la marginación y el encuentro con aliados en la lucha:

“También habla de cómo el Año Nuevo les llegaba con pérdidas porque los 80 fueron la década del VIH. Al final, se vuelve un recordatorio de que el Año Nuevo no era una fecha sumamente especial para todos; para muchos no había motivos de celebración porque tenían que estar pensando en el qué dirán y en cómo defenderse en ese año. Xabi reflexiona cómo, a tantos años de distancia, las cosas han mejorado, pero le da mucho coraje que, a veces, se olvide esta lucha. Entre otras cosas se acuerda de lo que sucedía en las marchas y critica un poco que ahora ya son más carnavales que marchas donde realmente se luche por algo. Al final de la reflexión llega con sus amigos en este brindis donde les dice que, por primera vez, hay una razón para celebrar el Año Nuevo porque ya pueden salir a las calles sin miedo o, al menos, ya pueden salir como personas con derechos, y pueden juntarse legalmente con quienes antes lo tenían que hacer de forma clandestina”.

Explica que el personaje principal está inspirado en Xabier Lizarraga, uno de los principales activistas de la diversidad sexual en nuestro país, a quien el director tuvo la fortuna de conocer: “Digamos que fue un rompecabezas y todo lo junté en Xabi y en esta celebración. Recuerdo muy bien cuando se autorizaron los matrimonios y, en ese momento, no teníamos este término tan bonito de matrimonio igualitario. Sólo se decía matrimonio gay, ni siquiera homosexual. Fue un logro muy grande. Recuerdo la primera boda masiva, muchos amigos y muchas amigas estuvieron ahí. Eso fue lo que me hizo transportarlo a una celebración. Dije: creo que hay que celebrar, pero hay mucho que reflexionar. Y qué mejor que en Año Nuevo, justo cuando estamos cerrando un ciclo y donde nos tenemos que dar cuenta de lo que viene. Recuerdo que muchos de los comentarios de mis amigos eran: bueno, ahora sí vamos a celebrar”.

Castuera-Micher continúa: el título, “En algún lugar el arcoiris”, se refiere a que hoy el arcoiris es símbolo de la diversidad. Pero no siempre fue así, durante mucho tiempo fue sinónimo de lucha y clandestinidad. “No hay que olvidar que hubo gente que dejó la vida, el pellejo, el sudor y la sangre para que esto sucediera”, concluye.

La obra puede verse hoy, a las 20:00 horas (recientemente se develaron las 50 representaciones), en Un Teatro (Nuevo León 46, Condesa).

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