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La posibilidad de crear un mural que tenga vida por sí mismo y que establezca un diálogo con la realidad desde su naturaleza artística es llevada a cabo por el escultor Manuel Felguérez en su obra La Invención Destructiva.

En el marco del primer centenario de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin) y la celebración del cumpleaños 90 del artista, el icónico mural, ubicado en el octavo piso de la Concamin, fue restaurado.

La ceremonia de reinauguración contó con la presencia del presidente de la Concamin, Francisco Cervantes Díaz; la restauradora y museóloga Lorena Zedillo Ponce de León; el legislador Sergio Mayer Bretón, y el artista y escultor Manuel Felguérez, en compañía de su esposa, Mercedes Oteyza.

Las labores de restauración consistieron en darle una nueva imagen al mural, por lo que se hicieron trabajos de limpieza, fijado y restauración de algunos elementos y reintegración de los colores, además de una nueva iluminación que permite apreciar el mural con distintas modalidades de luz.

Todos los elementos que componen al mural, entre ellos engranajes, cadenas, ruedas, tuercas y algunos resortes, lucen ahora como nuevos gracias al trabajo de restauración encabezado por Lorena Zedillo.

En el acto de reinauguración, el artista evocó el proceso que siguió para realizar el mural: usó pequeños pedazos de maquinaria industrial que obtuvo en tiraderos de la ciudad, de fierro viejo y chatarra, además de latón y naylon que montó en una sola pieza. A su vez, la obra en su conjunto es una crítica a los gobernantes y al régimen de la década de los 60, lo cual se refleja en el título de la misma.

“Le puse ese nombre al mural, el cual a veces resulta extraño, de La Invención Destructiva. ¿Cuál era la invención destructiva? Pues, obviamente, la industria. El nombre es una insinuación; en aquellos tiempos que hice el mural empezamos a cambiar la imagen de México de un lugar transparente a uno lleno de smog. ¿Quién produce ese smog? La industria. Hay una crítica en mi obra”, afirmó Felgúerez.

El artista agradeció los homenajes y festejos en el marco de sus 90 años de vida, y comentó que no es fácil tener su edad. “Es mala idea tener 90 años, es terrible, pero más vale tenerlos, que no llegar”.

Con la sencillez que lo caracteriza, Felguérez agradeció a la Concamin por la restauración de su mural, el cual creó en 1964 evocando la naturaleza de su obra de arte. “La industria es una invención, es una creación que obviamente es constructiva. A todo el mundo le consta que, sin industria, no habría trabajo, y el país sería un desastre. Son los que pagan los sueldos y crean las nuevas tecnologías. Mi trabajo siempre ha tenido que ver con algo en torno a la industria. En el arte, sobre todo en la década de los 60, el gobierno estaba en la mira de nuestra crítica. Por qué no le damos una insinuación a la industria que contamina. En mi caso fue ponerle este nombre a mi obra, La Invención Destructiva. Si no les gusta y les molesta, perdón”, concluyó el escultor.

El mural restaurado cuenta con una iluminación automática que emula los movimientos del sol para proyectar las piezas mecánicas en la pared, lo cual busca crear una experiencia distinta al observar las partes que lo conforman, explicó el jefe de la oficina de presidencia de la Concamin, Manuel Pérez Cárdenas.

Francisco Cervantes señaló que la restauración del mural forma parte de los festejos por los 100 años de la Concamin, y afirmó que el arte siempre ha sido tema de relevancia para ellos y para la institución.

A 55 años de su creación, La Invención Destructiva es una de las obras más representativas de Manuel Felguérez y da testimonio de la Generación de la Ruptura como proceso histórico y artístico en el país.

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