La Pirámide de la Luna podría ser el punto de partida del diseño urbano de Teotihuacan, plantearon investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) luego de que confirmaron a través de un modelo 3D que a 15 metros de profundidad de la estructura hay una cueva natural.

La cavidad de 20 metros de ancho se encuentra en el centro de la actual estructura, está orientada hacia el Cerro Gordo y se caracteriza por ser natural, aspecto que resaltaron las investigadoras Denisse L. Argote y Verónica Ortega.

El que esta cavidad no fuera excavada por los habitantes prehispánicos, como los túneles localizados debajo de la Pirámide del Sol y del Templo de la Serpiente Emplumada, ofrece una perspectiva novedosa sobre el origen de la planificación de la metrópoli, la cual vivió su apogeo hacia 300-650 d.C., en el periodo Clásico, dijeron las especialistas.

En un artículo publicado en Journal of Archaeological Science, revista dedicada a la divulgación de técnicas y metodologías científicas aplicadas a la arqueología, las expertas señalaron que hace tres décadas se pensaba que la cueva bajo la Pirámide del Sol era de origen natural, pudiendo esto haber influido a los primeros pobladores para seleccionar el lugar donde se construiría el núcleo religioso. Sin embargo, los estudios más recientes han confirmado que es de origen artificial.

En el documento, las especialistas enfatizaron que era necesario considerar que el Edificio 1 (100 a.C. y 50 d.C.), es decir, la primera de varias etapas constructivas de la Pirámide de la Luna, representa el monumento teotihuacano más antiguo que se conoce hasta la fecha y que es anterior al plan urbano que se observa en la actualidad.

En su primera etapa, el edificio “tenía un tamaño modesto y estaba relacionado con el mito de la montaña sagrada, simbolizado por el cercano Cerro Gordo. Las primeras tres etapas constructivas se hicieron hacia el frente de la estructura y debajo de la Plataforma Adosada; posteriormente, la pirámide fue ampliándose hasta cubrir la citada cueva, por lo que otra pregunta radica en si la posición de esta cavidad influyó en las sucesivas expansiones de la Pirámide de la Luna”, plantearon.

Por medio del método Tomografía de Resistividad Eléctrica (ERT, por sus siglas en inglés), el equipo de expertos —conformado por Andrés Tejero, Martín Cárdenas, Gerardo Cifuentes, René E. Chávez, Esteban Hernández-Quintero y Alejandro García— confirmó a mediados de 2017 la existencia de una cueva o sistema de cavernas a 15 metros, aproximadamente, en el subsuelo de la Pirámide de la Luna.

La Cueva que mide 20 metros de ancho y que está ubicada a aproximadamente 15 metros de profundidad, se encuentra hacia el centro de la actual Pirámide de la Luna y orientada hacia el Cerro Gordo, lo que parece confirmar su relación simbólica. La cavidad parece estar más centrada hacia las fases constructivas —cuarta a la séptima— de la pirámide, ampliaciones arquitectónicas realizadas entre los años 150 y 450 d.C.

En el artículo, los investigadores también indicaron que los túneles y cuevas subterráneas tuvieron relación con la ideología cósmica y la cultura mesoamericana en general.

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