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A lo largo de cuatro décadas de trabajo en el corazón del imperio mexica, el arqueólogo ha desarrollado una fijación particular por el tema de la muerte. Su pasión por este particular aspecto de la vida de esa antigua civilización también le ha llevado a descubrir que las fuentes históricas solo se centraron en describir las prácticas y rituales relacionados a la muerte, a la guerra y a los sacrificios. Sin embargo, la arqueología que en los últimos años se ha realizado en el recinto sagrado de Tenochtitlán ha revelado "un nuevo rostro del mexica".

"Sahagún indica que habían 78 edificios ahí en Templo Mayor , pero la arqueología también nos ha permitido ver que, quizá, sus informantes o no le informaron o no le dieron importancia al otro eje, al eje de la vida, porque la arqueología ha permitido observar que hay también otro eje que corre paralelo al de la muerte", señaló ayer el arqueólogo mexicano durante la conferencia inaugural de la cátedra que lleva su nombre en la Universidad de Harvard , la primera dedicada a un mexicano en casi 400 años de historia de esa universidad estadounidense.

Durante esa conferencia realizada en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología , el investigador mexicano recordó cómo decidió ser arqueólogo, de sus primeros maestros y de su trabajo en el Templo Mayor, ese sitio donde los antiguos mexicanos "le rindieron culto a la vida a través de la muerte".

El eje de la vida y la muerte están presentes en Tenochtitlán. Y aunque en la historia de esa gran ciudad ha predominado más el tema de la muerte, es claro que los mexicas también celebraron la vida, la cual está representada a través de Tláloc, el dios de la lluvia. "La guerra en el mundo mexica, que se manifiesta en los mitos, tuvo una predominancia tremenda dentro del conocimiento mexica al grado tal que inclusive el lado de Tláloc quedó en cierta forma minimizado", señaló.

Sin embargo, explicó, los recientes trabajos arqueológicos en el sitio han comenzado a aportar nuevos datos que permiten comprender mejor la vida y cosmovisión de los mexicas.

En la conferencia, a la que acudieron colegas y alumnos del investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) , el arqueólogo estuvo acompañado en el escenario por Mark Elliott, vicepresidente de Relaciones Internacionales de la Universidad de Harvard, y el historiador David Carrasco , quienes hablaron de sus aportaciones a la arqueología.

Tras ese discurso inaugural, se abrió al público la exposición Voces de barro , curada por Eduardo Matos, y que reúne una colección de esculturas de barro de las colecciones del Museo Nacional de Antropología y del Museo del Templo Mayor.

nrv

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