El Monumento a Cuauhtémoc, ubicado en Paseo de la Reforma y Avenida Insurgentes, contaba con ocho leopardos de bronce; sin embargo, de acuerdo con dictámenes elaborados por el INAH, cinco esculturas fueron dañadas en un 15% y una en un 30%, para su restauración se requerirán 3.5 millones de pesos, mientras que los responsables aún esperan una resolución para resolver su situación jurídica.

El martes 29 de diciembre pasado, tres sujetos fueron detenidos por mutilar seis de los ocho leopardos que rodean el monumento ubicado en la colonia Juárez, alcaldía Cuauhtémoc, que fue inaugurado en 1887 y colocado en su ubicación actual en 1949. Ahora el INAH evalúa los daños para determinar cuál será el camino para la restauración.

“El daño está en las esculturas que tienen forma de leopardo con penacho, que están en pares, en los cuatro puntos cardinales. Se tiene registro de daños en seis de las ocho escultura de bronce”, explica en entrevista Diego Jáuregui, restaurador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Los daños se hicieron pese a que el monumento está rodeado de vallas metálicas que, supuestamente, le darían seguridad.

A las seis esculturas les cortaron sus patas; sin embargo, una resultó ser la más afectada pues fue desprendida por completo de la base de piedra en la que se encontraba. Ese trabajo se logró con ayuda de algunos aceros: “Probablemente correspondan a la misma valla, que pudieron ser utilizados como cuñas y otras que son de madera”.

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Jáuregui señala que es la pieza más afectada porque le cortaron las patas delanteras, se le quitó una sección trasera del lomo, incluida la sección donde estaba la cola del animal, y al moverla, se dañaron elementos de su base.

“Toda la sustracción de elementos, aparentemente y por las huellas, fue realizada con seguetas. La fuerza que implementaron para desprender al felino desplazó la pieza de piedra en la que se apoyaba”.

Los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), dice el restaurador, pudieron recuperar sólo una pezuña de los felinos; sin embargo, en el INAH “desconocemos el paradero de los otros elementos sustraídos”.

En términos de volumen, el restaurador del INAH señala que cinco de las seis esculturas fueron dañadas aproximadamente en un 15% y la sexta en un 30%.

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“Si hay algo que pudiéramos considerar afortunado dentro de esta circunstancia, es que no quitaron todas las patas de los felinos. Eso implica que nosotros tenemos una referencia para poder hacer una reconstrucción con elementos de los originales”.

La reconstrucción es una posibilidad, aunque también se contempla el “pegado” de los restos. Sin embargo, eso determinará una vez que se cuente un dictamen completo, que se hará cuando Diego Jáuregui pueda entrar al sitio, pues sólo ha estudiado el caso con el registro fotográfico que generó la SSC y la Policía Federal Ministerial.

Con respecto a los restos, el restaurador enfatiza que el INAH no tiene conocimiento de su ubicación e infiere que de acuerdo con lo que observó en las fotografías, siguen “tiradas” en el lugar.

EL UNIVERSAL constató que hasta ayer, el cuerpo del leopardo que fue desprendido por completo de su base, aún se encontraba tirado en el Monumento a Cuauhtémoc, donde también se pudieron observar cobijas y latas de cerveza, así como restos de la piedra de la que fue arrancado.

Los registros fotográficos, dice el especialista, también permitieron hacer una evaluación de los daños en términos económicos.

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“En el primer dictamen se presentó un estimado de 3.5 millones de pesos que costaría la restauración del monumento. Ese monto podrá precisarse una vez que se haga una inspección presencial. Todos los monumentos históricos tienen un seguro por parte del INAH, sin embargo, no sé el tipo de seguro que aplique en este caso. Generalmente, cuando los monumentos son objeto de este tipo de daños, el seguro es quien financia este tipo de reparación de daños”.

Los daños a un monumento histórico son considerados un delito federal, por ello, los tres hombres que habrían ocasionado los daños fueron detenidos.

Los tres comparecieron ante un juez federal para saber si serán vinculados a proceso.

La diligencia inició ayer a las 12 horas en el Centro de Justicia Penal Federal en el Reclusorio Oriente, donde al cierre de esta edición aún no se resolvía su situación jurídica, es decir, el juez de control aún no decidía si los vinculaba o no a proceso por robo y daños a la propiedad, delitos que les imputó la Fiscalía General de la República (FGR).

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Según la carpeta de investigación 520/2020, Jesús “P”, Sergio “A” y Marco Antonio “V” fueron denunciados por el INAH luego de que dañaron el monumento ocasionándole, por primera vez en 133 años, afectaciones que según los cálculos de la FGR ascienden a 3 millones de pesos.

Los leopardos dañados el pasado 29 de diciembre son de bronce y fueron colocados en la base del monumento a Cuauhtémoc desde 1887. En el mercado de pepena el kilo de bronce se vende entre 80 y 100 pesos.

Los tres imputados fueron detenidos en flagrancia y fueron presentados ante el Ministerio Público local que declinó la competencia a la FGR luego de que el INAH presentó su denuncia.

En la diligencia de ayer, la FGR se dio a la tarea de acreditar la probable responsabilidad de los tres imputados. Si el juez los vincula a proceso, se prevé que ratifique la imposición de la prisión preventiva justificada a la que están sujetos desde su detención.

Al cierre de edición, la diligencia continuaba y el futuro de los tres hombres imputados aún no estaba definido.

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