Los otros intereses de la directora del INBA

Más que sorpresiva ha sido la noticia de que Lidia Camacho, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes, aparezca como suplente de Vanessa Rubio —quien es jefa de la oficina del candidato presidencial José Antonio Meade—, en la lista de candidatos plurinominales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al Senado de la República, que fue publicada el pasado lunes. Sorprende que la titular de una cartera tan importante para la cultura en México esté en esa lista y aspire a una curul. ¿Tendrá ya preparada una agenda completa de temas culturales?, ¿o es que abandona la cultura para emprender una carrera política? Nos dicen que Camacho no está obligada a dejar el INBA, pero en caso de ganar un escaño y de que Vanessa Rubio sea llamada a ocupar una Secretaría, si deberá renunciar o pedir licencia a su cargo. Ya veremos por dónde van sus intereses.

Ponen en jaque actividades de la SC

El pleito laboral que traen trabajadores sindicalizados con autoridades de la Secretaría de Cultura federal por un tema de ocupación de plazas obligó a la dependencia a cancelar ayer, de última hora, la presentación de la 42 edición del Premio Nacional de Cerámica; aunque la conferencia se cambió de lugar en una ocasión, al final no se llevó a cabo. La manifestación de los sindicalizados, que cuestiona la asignación de plazas por parte de la Secretaría en respuesta a una resolución judicial, evidencia una falta de solidaridad hacia trabajadores que no forman parte de los sindicatos, y deja ver poca autocrítica de sectores que gozan de ciertos privilegios. El acuerdo entre las partes, celebrado a última hora de ayer, aún no está claro y despierta preguntas: ¿cómo hará la Secretaría de Cultura para cumplir con los laudos pendientes y al mismo tiempo tener contentos a los sindicatos que no quieren soltar ninguna plaza?

Pagan cuando pueden y lo que quieren

En julio del año pasado hubo un gran estreno en México: la ópera Salsipuedes, del compositor mexicano Daniel Catán, con libreto en español del escritor cubano Eliseo Alberto, en colaboración con Francisco Hinojosa y con el propio Catán. Se presentó en el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario con la Orquesta Sinfónica Mexiquense, entonces dirigida por Rodrigo Macías —hoy director de la Orquesta Sinfónica del Estado de México—. Les fue muy bien, se reconoció el notable esfuerza de todos aquellos que lo hicieron posible y el estreno de la obra de un compositor mexicano siempre es bien recibido por la comunidad, sobre todo cuando se trata del trabajo de un músico tan querido como lo fue Catán. Hasta ahí, todo bien. Pues nos cuentan que las cosas no fueron miel sobre hojuelas porque al elenco le ofrecieron un monto por tres meses de ensayo y tres funciones; después, con la excusa de un recorte, les bajaron una cuarta parte de lo prometido. El asunto se fue a peor porque después de varios meses no sólo no les pagaban, también les condicionaron su sueldo pues debían ofrecer un concierto para que los honorarios fueran liberados. ¡Y aceptaron!

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