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“La gente tiende a poner etiquetas, dicen que yo soy un fotógrafo de guerras, pero esa fue mi primer tarea, yo me veo más como un poeta, alguien que ve al mundo de una forma particular, las fotografías son mi manera de verlo”, comentó el fotoperiodista estadounidense Steve McCurry ante decenas de estudiantes y público amante del arte fotográfico durante una charla en las instalaciones del Museo de Arte Contemporáneo (Marco).

Agregó que quienes abrazan esta profesión tienen “esa urgencia de compartir historias, como lo hacían los cavernícolas alrededor de la hoguera”, y como expresión de ese instinto humano fundamental de compartir nuestras ideas, las vivencias que hemos tenido, surgen las obras del pintor, del poeta, del escritor, del músico y del fotógrafo, señaló.

El autor del reconocido retrato de la pequeña refugiada afgana Sharbat Gula, que ocupó la portada de la revista National Geographic hace años, a pregunta de la moderadora del encuentro, Patricia Conde, contó la historia de ese encuentro.

“Yo estaba haciendo una historia en 1984, había como 3 millones de refugiados afganos que habían huido por la guerra y estaban viviendo en Paquistán, en Irán y otros países. Era una mañana normal en un campo de refugiados, en la frontera con Paquistán; iba caminando entre las tiendas de campaña, salían voces de niñas de esas tiendas, entré y vi que era una escuela para niñas. Le pregunté a la maestra si me daba permiso de tomar fotos, lo primero que vi, fue a esa niña (Sharbat) con una cara increíble por la expresión de sus ojos, pensé: ‘es lo que quiero fotografiar’”, contó McCurry.

Recordó que la niña estaba un poco tímida, como que no quería, pero la maestra la convenció. “Fue uno de esos momentos mágicos cuando todo encaja perfectamente: la iluminación, la expresión, los colores, el trasfondo, no requirió que yo hiciera más trabajo, sólo tomar la foto. Son de esas cosas mágicas que suceden sólo una vez en la vida”, expresó.

La popularidad del retrato aumentó con los años hasta ser un ícono que representaba a los refugiados y a Afganistán. “La foto capta a alguien que los representa de una manera muy digna y respetable”.

Hemos estado en contacto con ella durante los últimos 16 años, y hemos tratado de ayudarle con dinero o recursos, contó McCurry.

El fotoperiodista, que estará en 2018 nuevamente en México para impartir un taller, aseguró que las mejores fotos tienen componentes emocionales que nos hacen sentir algo.

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