El poeta, narrador y editor Antonio Calera-Grobet (1974-2025) falleció ahogado este sábado en las playas del puerto de Progreso, Yucatán, cercanas al malecón internacional.
Calera-Grobet, fundador de Mantarraya Ediciones, desarrolló una trayectoria como promotor cultural y autor de varios títulos. Su obra incluye libros de poesía como Yendo (2014) y Sed Jaguar (2018).
En Mantarraya Ediciones, su proyecto editorial, Calera-Grobet publicó más de 60 títulos de escritores y escritoras latinoamericanos. Con ese sello buscó fortalecer la difusión de la literatura contemporánea.
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Originario de la Ciudad de México, Calera-Grobet impulsó varias iniciativas culturales como la biblioteca rodante La Chula: foro móvil.
Sobre su muerte, testigos del hecho, señalaron que el escritor se metió al mar y, minutos después, varias personas solicitaron ayuda a los salvavidas. Los rescatistas lograron sacarlo del agua y lo llevaron hasta la orilla de la playa. Los paramédicos, que llegaron al lugar para su valoración, informaron que el escritor ya no contaba con signos vitales.
De acuerdo a informes recabados, el poeta viajó a Progreso junto a su amiga Geovanna A. F. M. Ella misma explicó que ambos habían arribado a la ciudad cinco días atras. Relató que, la mañana del accidente, Calera-Grobet salió a caminar antes de que ingresara al mar.
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La comunidad cultural se mostró consternada y lamentó el deceso de Calera-Grobet, a quien recordó por su obra literaria y su trabajo como gestor cultural.
Instituciones como el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Cultura UNAM y el Colegio de San Ildefonso publicaron mensajes en memoria de Antonio Calera en sus redes sociales:
“El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura lamenta profundamente el fallecimiento del escritor, editor y gestor cultural Antonio Calera-Grobet, quien impulsó proyectos editoriales y artísticos que abrieron espacios de diálogo entre la palabra, la imagen y las artes. Expresamos nuestras condolencias a su familia, amigos y a la comunidad cultural que lo acompañó a lo largo de su trayectoria”, se lee en la cuenta del INBAL. “Antes del fin de estemundo, escribiremos otro. Antonio Calera-Grobet. Hoy lo despedimos con esa certeza: su poesía, su generosidad y su pasión por la palabra ya han escrito otros mundos, habitados por quienes compartieron con él la amistad, la literatura y la alegría. En cada verso, en cada encuentro y en cada memoria, seguirá latiendo su voz”, fue el mensaje del Colegio de San Ildefonso.
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En la cuenta de CulturaUNAM se describió a Calera-Grobet como alguien “generoso, persistente e inquebrantable (...) trabajó de manera independiente para impulsar la literatura de los márgenes. Con su foro móvil, el legendario bar La Bota, en el Centro Histórico, sus comilonas colectivas y sus festivales de poesía, se convirtió en epicentro de la creatividad. Despedimos a un hombre que hizo de la cultura un ejercicio colectivo y amoroso”. Y en el mismo mensaje se señaló que el Periódico de Poesía de la UNAM publicó una selección de su obra.
En la misma red social, la Dirección de Literatura de la UNAM escribió: “Lamentamos profundamente el fallecimiento de Antonio Calera-Grobet (...) Amigo cercano y colaborador del Periódico de Poesía de la UNAM, su pasión por la literatura y su compromiso con la cultura dejan una huella imborrable en la comunidad literaria. Nuestro sentido pésame a familiares y amigos”.
Desde su cuenta personal de X, el escritor Guillermo Fadanelli se despidió de Calera: “La muerte de mi querido amigo, Antonio Calera Grobet (en caso de que sea cierta) me hace pensar en la vida placentera de mil rufianes que nos hacen más amarga la vida. Nos veremos pronto, querido amigo. Aquí o allá; siempre sin planearlo, como lo acostumbrábamos”.
Otro de sus amigos, también poeta, Hernán Bravo Varela, recordó que conoció a “Calera-Grobet hace 28 años, en los pasillos de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Él estudiaba la licenciatura en Ciencias de la Cultura y yo, Literatura y Ciencias del Lenguaje. Desde entonces nos hicimos amigos y, con su generosidad acostumbrada, me invitó a ser cómplice de sus muchas y brillantes iniciativas que incluyeron revistas, libros, festivales, un foro móvil de lectura y el legendario bar cultural #LaBota. Gracias por tanto, hermanito. Un abrazo con gran dolor a mi querida Melisa y al resto de su familia. Y, claro, a toda una generación de poetas, artistas y lectores a la que obsequió su amistad e imaginación a manos llenas”.
Emiliano Escoto, escritor y gestor cultural, le dejó también un mensaje: “Sayonara querido amigo! (...) Gracias por la generosidad, el muñeco que me regalaste cuando murió mi padre que era tuyo de cuando murió tu padre”. (Con información de Yazmín Rodríguez Galaz).
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