En estos tiempos pandémicos en los que se hace home office, no falta el funcionario al que la comida se le convierte en una larga sobremesa donde por supuesto abundan los tragos, el problema es cuando entre los pendientes está una reunión con el jefe, que por cierto es abstemio, y peor aún, que dicha reunión se transmite por todas las redes sociales de la institución cultural pública. Nos cuentan que durante el chat en vivo que todos los miércoles el director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, tiene con los lectores a través de las redes de la paraestatal, su brazo derecho en el Fondo, Ezra Alcázar, quiso sumarse a la charla pero era evidente que el alcohol entorpecía su conversación sobre Álvaro Mutis y los libros sobre futbol de Juan Villoro. Tan evidente era su estado que Taibo lo “mandó” fuera con la justificación tecnológica de que la mala conexión que tenía Alcázar lo dejaba congelado. Pues el promotor de los libros del FCE en varios programas de radio y televisión no volvió aparecer ni tampoco la “Capitana Marvel” llegó en ayuda del director del Fondo que terminó de responder —por cierto, sólo las preguntas que le convienen— a las decenas de internautas.
Sí le dio Covid, pero no es empleada de base del INBAL, ¿y?
En las últimas semanas se han reportado cierres temporales de diversos espacios culturales tras presentarse casos de sospecha o confirmación de Covid. El primero ocurrió en septiembre, cuando el INBAL tuvo que informar que una persona encargada de seguridad en el Museo Nacional de Arte había dado positivo. La institución dijo en su momento que se habían aplicado los protocolos de seguridad para todos los trabajadores, sin distingo de su esquema de contratación. Pero en el último reporte de contagio de parte del INBAL hubo un cambio en el discurso. El caso fue público en el noticiero nocturno de Ciro Gómez Leyva, en el que apareció cómo una mujer fue informada de su resultado positivo, el reportero le preguntó sobre su lugar de trabajo y ella respondió que era el INBAL, en la Torre Prisma, uno de los edificios administrativos de la dependencia. Días después, el instituto difundió un boletín para informar que había casos positivos de Covid-19 “presentados en trabajadores de la empresa externa que presta el servicio de limpieza”. Detallaron también los protocolos realizados, de los que derivó la detección de seis personas positivas. Lo que llama la atención es el énfasis en el esquema laboral porque en el boletín se reitera que es personal de una “empresa externa”, a la que se le pidió de manera “enfática” la “estricta aplicación en todo momento de los protocolos sanitarios de prevención a su personal” y se le solicitó “que brinden el acompañamiento correspondiente cuando se trate de los casos confirmados”. ¿Por qué el énfasis en advertir que los positivos no son personal de base? En estricto sentido, es correcto, forman parte de una empresa licitada para esos servicios de limpieza y seguridad, ¿pero por qué en septiembre no lo enfatizaron y ahora sí?, ¿tiene algo que ver con la revisión laboral que se está haciendo en toda la administración pública?