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Hace tres semanas, en el Patio Octavio Paz de la Biblioteca de México se llevó a cabo uno de los desencuentros más significativos entre artistas y funcionarios públicos que se hayan visto en los últimos años. Ayer, en el mismo lugar y casi a la misma hora, el panorama fue distinto. Más de 50 creadores previamente registrados, con propuestas claras y estructuradas, fueron escuchados por todo el equipo actual del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).

El ejercicio se anunció como “mesas de trabajo” que, aseguraron las autoridades, servirían como punto de partida para realizar los cambios pertinentes para el sistema de becas que este año cumplió tres décadas de existencia. Marina Núñez Bespalova, quien sustituyó a Mario Bellatin en la Secretaría Ejecutiva de la dependencia, anunció algunos cambios, como una categoría más en el programa de Jóvenes creadores dedicada al arte y las tradiciones populares; la apertura del Consejo Directivo y del Comité de Artes a otros miembros que hayan sido parte del Fonca; y la eliminación de la lista fija que podía proponer a los candidatos al Premio Nacional de Artes y Literatura.

Mientras que los artistas propusieron, por ejemplo, cuota de género, regular las veces que se puede acceder a los estímulos, ofrecer herramientas para que las obras tengan mayor difusión, crear mecanismos que les permitan tener una mayor visión empresarial, abrir becas a niños, buscar vías de apoyo para que sea posible acceder a seguridad social mientras son becarios, conseguir mayor vinculación con los estados; así como crear residencias artísticas en el interior del país, reconocimiento al arte escénico originario, crear Foncas regionales, más presupuesto e, incluso, establecer que habrá tolerancia cero para agresiones y violencia de cualquier tipo.

Los reclamos. Si bien el intercambio de propuestas que hubo en las dos mesas para hablar de temas como la retribución social y las comisiones de selección se desarrolló en un ambiente de respeto, la rigidez del formato (dos minutos para cada participante) generó inquietudes en un importante número de ponentes; así como quejas sobre la complejidad de abordar todos los temas con un ritmo irregular. Y, otra vez, se acusó a los funcionarios de abrir espacios de discusión sin representatividad, de fomentar una mesa de escucha y no de trabajo como se prometió y de propiciar un encuentro de “simulación”.

El escritor y editor Sergio Téllez-Pon definió así el encuentro: “Ustedes hacen como que toman nota, como que nos escuchan (…) No hay una forma clara para que en 15 días ustedes puedan reunir todas las propuestas y llevarlas a las convocatorias. En realidad, Marina, tienes prisa por publicar las convocatorias y tienes prisa de dejar a los creadores en la indigencia”. La intervención generó algunos aplausos porque el reclamo en este sentido se había hecho en al menos un par de ocasiones durante las casi cuatro horas del encuentro.

Núñez, tras la participación de varios artistas más, según el formato de la mesa, dio respuesta a Téllez-Pon: “En efecto, yo lo que quería era no parar el tren. Hay convocatorias que tienen que publicarse ya y no pretendo que en 15 días tenga yo la respuesta para mejorar todas las convocatorias, por eso dije que se van a publicar tal como están, no sé si escuchaste los cambios que tienen algunas y que básicamente es una. ¿Hay que afinar cosas? Sí, muchas. Las mesas nos están sirviendo para eso, yo sí creo que era necesaria una reunión general, como las que estábamos haciendo en otros estados, sobre todo por la mala experiencia que hubo el día 7 de marzo. Estamos con la mejor voluntad de empezar con mesas de trabajo reales y eficientes, pero para eso tenemos que empezar con agenda. Este ejercicio que estamos haciendo de (plantear) necesidades, observaciones, nos está funcionando para hacer una agenda de trabajo y proponerla muy pronto”, aseguró.

Y en un acto de franqueza, Marina Núñez agregó que este año es imposible que todas las propuestas que se han escuchado en Monterrey, Mérida y Ciudad de México se vean reflejadas en las convocatorias que se lanzarán y que será en 2020 cuando eso ocurra. “Respondo a quien preguntó si estas mesas son vinculantes, por ahora no, porque las mesas no son representativas, tenemos que seguir con el diálogo en toda la República, y después con todo lo que está saliendo, tenemos que sentarnos para armar una agenda y a partir de esa agenda sí me gustaría que hiciéramos mesas de trabajo más eficientes y que pudiéramos vincularlas con las convocatorias y los programas en los años por venir”.

En este sentido, en un breve encuentro con la prensa, Núñez Bespalova agregó que no tiene claro cómo ni cuándo ni por cuánto tiempo se llevarán a cabo esas mesas nacionales. Tampoco sabe cuál será la metodología para que una vez que visiten todo el país se den otras mesas “con agenda”, pero sí consideró que para que sean más eficientes tendría que ser con menos personas.

“Vamos a tratar de regionalizar algunos lugares, vamos a ver las posibilidades, la instrucción es ir a todos lados. Pensamos en hacer dos meses al mes. No tengo prisa, vamos a ver qué cosas se van a implementar para el 2020, qué cosas no, primero tengo que pensar en la metodología, a lo mejor sí se puede trabajar en paralelo, es decir, hacer mesas de consulta por toda la República y las mesas de trabajo con agenda”, sostuvo.

Núñez, afirmó, está consciente de que hay desconfianza y que por eso ofrecerá “claridad. Tenemos que caminar juntos, estamos abrazando las inquietudes de toda la comunidad”.
A revisión. Indicó que, con el INBA, revisarán el apoyo que se otorga a instancias como el Estudio de la Ópera de Bellas Artes y el Centro de Producción de Danza Contemporánea, porque la propia Auditoría de la Federación ha establecido que el Fonca es un mecanismo de apoyo y no puede ser la base de una institución pública que pertenece al mismo sector.

La funcionaria también se refirió a otra de las inquietudes con más menciones y aplausos: seguridad social. “No quiero adelantar nada porque estamos atados a las posibilidades del mandato jurídico y vamos a ver si podemos ampliar el beneficio al sistema Fonca”. Además indicó que hay unos 200 programas que no se operan y también se pondrán a revisión para reanimar y/o reprogramar, por ejemplo, los que estaban dedicados al fomento a la lectura.

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