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En abril de 1923 el Departamento Sanitario celebró el Día del Niño con un peculiar concurso en el que competían los “más bellos ejemplares” de bebés.
Con esta competencia, las autoridades buscaban destacar la importancia de la salud de los niños porque son “la esperanza de la Patria”.
En aquella ocasión, los reporteros realizaron una encuesta entre las madres para saber cuál era el secreto para tener “niño bueno” -que no debe entenderse por gordo, como se aclara en el artículo-, para lo que muchas respondieron que la leche materna era indispensable, así como comer frijoles y no darles chupón ya que sería “la muerte”.
Así fue como EL UNIVERSAL cubrió el concurso de bebés de 1923.
Bellos ejemplares de hombres fuertes y madres sanas de mañana, premiados en el concurso convocados por el Departamento de Salubridad, con motivo de la celebración del “Día del Niño”
27 de abril de 1923
Primer premio: niño Agustín Arellano.- Segundo premio: niño Enrique Constantino Ceballos.- Menciones: Emma Pérez González, María Emma Hernández, Felipe González, Alfonso Guillén y María Josefina Sánchez.
Para el niño, fue dedicado el día de ayer por el Departamento Sanitario que, como se sabe, está celebrando actualmente la Semana de Salubridad , así en la capital como en muchos Estados de la República.
Secretaría de Salubridad e Higiene, edificio en avenida Reforma, en 1925. Foto: Casasola: Fotógrafo vía Mediateca INAH
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De todos los actos de propaganda y vulgarización higiénicas que se han efectuado hasta hoy, las de mayor brillantez fueron las que se dedicaron al niño, a quien, según el doctor Pruneda, debemos dedicar toda nuestra vida. La sola enunciación de haberse dedicado a los pequeños las ceremonias de ayer bastó (sic.) para que se despertara entusiasmo en centenares de padres de familia. Tres actos fueron los que formaron el programa del día: la fiesta infantil efectuada en el teatro “Virginia Fábregas” y que dió principio a las once horas, el solemne reparto de premios a los niños sanos inscriptos (sic.) en el curso a que convocó el Centro de Higiene “Eduardo Licéada” (en la calle de Cocheras) y la inauguración de un nuevo Centro de Higiene, el “Manuel Domínguez”, instalado en la casa número 110 de las calles de Guerrero.
Centro de Higiene Dr. Manuel Domínguez, del Departamento de Salubridad Pública. Foto: Casasola: Fotógrafo vía Hemeroteca INAH
La idea fundamental del Departamento al haber celebrado ayer el Día del Niño fue dar ocasión a los padres de familia para que se compenetren de la obligación de velar porque la salud de los niños sea inmaculada, ya que estos son un encanto para el hogar y una esperanza para la Patria.
La fiesta en el Fábregas
La matinee efectuada en el Fábregas estuvo a cargo en su mayor parte de niños que concurren a los kidergartens públicos. Y, como siempre, llenaron sus respectivos números, encantadoramente, siendo objeto de aplausos y alabanzas de las familias que llenaban el local. Muy especialmente se mencionó el éxito alcanzado por un grupo de pequeños del Kindergarten "Zaragoza" quienes tocaron y cantaron los Aires Nacionales, bajo la dirección de su maestra especialista.
Teatro Fabregas, vista general. Foto: Casasola: Fotógrafo, vía Mediateca INAH
El doctor Pruneda dió una conferencia: "La importancia del cuidado del niño en el porvenir de la Patria". Las palabras del infatigable doctor Pruneda fueron un llamamiento amoroso a los padres de familia, para que impriman en el cuidado de sus hijos todo su entusiasmo y de esta obra todo el tiempo, toda la vida, si es preciso. Produjo una serie de consejos dedicados a las madres, quienes están seriamente obligadas a proteger a sus hijos desde antes que nazcan. Apostrofó a las madres que, voluntariamente, niegan a los pequeños hijos el derecho que tienen de ser alimentados por ellas y habló verdaderamente entusiasmado del encanto del niño en el hogar, en la escuela y en la sociedad.
El conferencista fue muy aplaudido.
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Cómo crían a sus hijos
La reunión de niños buenos y sanos (no debe entenderse por niño bueno el niño gordo), efectuada por la tarde en el Centro de Higiene Infantil "Eduardo Licéaga", constituyó un espectáculo fuertemente impresionante, por lo bello y lo sugestivo. Las madres de familia, llevando en brazos a sus hijos los mostraban con verdadero orgullo, como bellos ejemplares de la raza de mañana. Nosotros quisimos saber de labios de ellas cómo han hecho para vencer en la difícil época de la primera niñez de sus hijos y casi a todas les fuimos preguntando concretamente. Sería imposible dar a cada respuesta la extensión que merece, pero en forma sintética damos a nuestros lectores las opiniones de las madres, que son otras tantas lecciones para las mujeres que quieran tener sanos a sus hijos y que quieran garantizarles un porvenir tranquilo en su juventud, madurez y vejez.
El primer premio al niño sano correspondió a Agustín Arellano, pequeñín de seis meses de edad, hijo de la señora Celsa Vega y del señor Agustín Arellano. Es un matrimonio que vive en la extrema pobreza; pero la madre ha seguido las instrucciones que recibe a diario del Instituto. El niño presenta todos los caracteres de la salud. Es encantador.
Cartel en la Ciudad de México en 1940. Foto: Casasola: Fotógrafo vía Mediateca INAH
- Con qué se alimenta usted? (sic.)
- Pues con frijoles, y muchos días sin ellos. Somos muy pobres-
El segundo premio correspondió al niño Enrique Constantino Ceballos, también un primoroso ejemplar de muchacho. Pertenece a una familia de la clase media social.
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Casi todas las madres de familia a quienes entrevistamos preguntándoles acerca de los sistemas seguidos por ellas para criar hijos sanos, nos contestaron, palabras más, palabras menos, de la misma manera:
Todas, sin excepción, dan su propia leche a sus hijos. Estos se alimentan cada tres horas; viven al aire libre. Desde temprano los sacan de sus casa, después del baño, y los llevan a los jardines en donde duermen los chicos a la intemperie. Algunas les dan alimento por las noches, una sola vez; pero otras no.
Niños durante la Semana de Higiene Infantil, pero en la década de los 40. Foto: Casasola: Fotógrafo vía Mediateca INAH
Cuando les preguntamos por el uso del llamado "chupón" todas protestaron.
- El chupón sería la muerte de mi hijo, decía cada quien.
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Los niños que ganaron mención honorífica fueron los siguientes: Emma Pérez González, María Emma Hernández, Felipe González, Alfonso Guillén, María Josefina Sánchez.
Un buen número de madres de familia recibieron diplomas honoríficos por su continua asistencia al Instituto.
El doctor Mario Torroella, en una breve alocución, felicitó a las madres de familia por su apego y constancia a seguir las prescripciones médicas en beneficios de sus hijos.
fjb