La controversia sobre la propiedad de varias decenas de obras de arte - algunas del siglo XV - ha derivado en una fuerte polémica política en España que ha venido a reforzar la disputa entre los secesionistas de la región de Cataluña con el Estado.

Se trata de 44 piezas que formaban parte del Monasterio de Sijena , en la región de Aragón, que estaban en poder del Museo de Lérida (Cataluña) y que ahora vuelven a su lugar de origen tras una decisión de los tribunales.

Sepulcros del siglo XV únicos en el mundo, esculturas de alabastro de Gabriel Joly del XVI y tablas policromadas con más de tres siglos de antigüedad figuran entre las piezas objeto de polémica.

El conflicto se remonta a los años 80 y 90 del siglo pasado, cuando las hermanas sanjuanistas de la Orden de Malta vendieron 97 obras de arte religioso del Monasterio de Sijena a la Generalitat (Gobierno regional) de Cataluña.

Los jueces determinaron en el caso de las piezas que su venta, entre los años 1982 y 1994, fue ilegal y al margen de la legislación española de patrimonio, y que las pinturas murales, arrancadas de las paredes del cenobio al principio de la Guerra Civil (1936-39), deben volver a formar parte del monumento.

El principal argumento de los jueces es que desde 1923 el Monasterio de Sijena es Monumento Nacional y, por tanto, sus colecciones de arte forman parte de un todo indivisible que ha de ser restituido.

En julio de 2016 las autoridades catalanas entregaron medio centenar de objetos y hoy tuvo lugar la devolución del resto, de gran valor histórico y artístico.

El telón de fondo del conflicto es el proceso independentista alentado por varios partidos catalanes, culminado el pasado 27 de octubre por una declaración de independencia del Parlamento autonómico, declarada ilegal por el Tribunal Constitucional.

La respuesta del Gobierno español, ese mismo día y previa autorización del Senado, fue destituir a los integrantes del gabinete catalán y convocar elecciones en la región para el 21 de diciembre.

Por eso los partidos secesionistas han visto en la devolución de las obras un nuevo agravio del Estado, mientras que el resto de formaciones la enmarcan en una decisión de la Justicia, sin interferencia del poder político.

La palabra "expolio" fue la nota común en las reacciones de los secesionistas y varias decenas de afines a ese movimiento intentaron hoy boicotear la salida de las obras de Lérida.

Las fuerzas de seguridad tuvieron que intervenir, sin mayor problema, para permitir la salida de la comitiva, que horas después llegó al Monasterio de Sijena.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que hoy mismo rechazó paralizar el traslado de las obras, recordó que esta devolución no es "irreversible" y que puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.

nrv

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