Dos niñas son pasajeras del auto en el que su padre toma la etílica decisión de acelerar, lo último que escuchan es el gemido de un animal bajo la llanta; en otro momento, una de esas niñas es alejada del piso por varios centímetros y levantada del cuello por el mismo padre, su recuerdo es el de la asfixia, una asfixia que siempre ha sentido ante la presencia del padre, y que es una de las imágenes más fuertes del poemario "Heredar", en el que la escritora y artista visual hace su propio análisis de lo que significa la herencia del padre, pero, sobre todo, este libro parte de una serie de ejercicios que ella ha ido haciendo “en esa necesidad de despatriarcalizarme a mí misma”.

Este poemario que ha sido editado por la Universidad Autónoma de Nuevo León fue un parto con muchísimo dolor, pero necesario, asegura la poeta y editora, quien señala que sólo fue capaz de escribirlo gracias al psicoanálisis que emprendió hace más de cinco años con la intención de trabajar la violencia paterna que cargaba, “sí, definitivamente, escribir este libro me dejó con una sensación de alivio”.

  Anaïs Abreu  y su ejercicio para “despatriarcalizarse”
Anaïs Abreu y su ejercicio para “despatriarcalizarse”

La escritura le costó mucho trabajo, porque es a partir de una historia muy íntima. “Es realmente el libro más íntimo que yo me he atrevido a escribir y es una intimidad muy profunda, estoy hablando de mis primeros años de vida, estoy hablando de cosas que me formaron como el ser humano que soy”, señala la también editora, quien recuerda cómo a los seis años fue agredida por su padre y reconoció su violencia.

“Mi padre tiene un problema serio de neurosis, pierde el control totalmente, entonces yo estaba jugando, me agarra del cuello, me levanta y, claro yo me empiezo a ahogar, y era una sensación de estar pensando, ‘por favor, que me suelte’, siento que él me vio y dijo: ‘¿qué estoy haciendo?’ y me soltó. Yo tenía seis años, y es como la primera violencia que yo recibo, fue mi primer encontronazo con la violencia de mi padre”, cuenta Anaïs Abreu, quien ha encontrado en la voz poética y en el trabajo visual la forma para contar su historia.

Una historia determinada por la asfixia, “toda la vida me sentí asfixiada por mi papá, desde esa vez hasta la última vez que lo vi, hasta la última llamada que recibí, siempre me viví asfixiada”. Una historia sobre el padre en un momento en el que se escribe más sobre la madre “a partir de este boom del feminismo”, sin embargo, escribir del padre sigue siendo un tabú.

“Siempre se escribe desde decir: ‘sí, mi papá fue un desgraciado’, pero creo que incluso ahí hay una idealización del papá desgraciado, es como ‘ese patriarca, ese hombre fuerte que hizo lo que le dio la gana y era un hombre violento, pero es porque así era su época’. Hay siempre está justificación de la violencia emocional, psicológica, sexual, etcétera, de la figura del padre. Y la verdad, creo también que parte de este libro es una serie de ejercicios que yo he ido haciendo en esa necesidad de despatriarcalizarme a mí misma”, afirma la poeta.

Anaïs Abreu ha ido a muchas marchas feministas desde niña, pero también, muchas veces, el 8 de marzo decide quedarse consigo misma “y escribo y medito y hago mucha reflexión sobre el patriarcado que está en mí”, dice la también autora de obras como Dualidad, Peces anaranjados, Origami, Against y Lo que se pudo ver.

“Esas reacciones patriarcales que yo de pronto tengo, formas en las que reacciono sin pensar y que tienen que ver con estos silencios incómodos, de ‘estos trapitos que se lavan en casa’, y que yo decido empezar a escribir, es mi forma de contar la historia, es mi visión de la historia que seguramente dista mucho de la versión que pudo tener mi mamá, o que tiene mi padre, pero yo quería enfrentarlo”, dice.

Foto: Anaïs Abreu D’Argence.
Foto: Anaïs Abreu D’Argence.

Y lo hace desde su doble condición creativa, con un libro que incluye imagen y texto. “Soy escritora, pero también soy artista visual y para mí es muy importante esas dos partes porque me gusta mucho trabajar desde lo híbrido y este mundo de pronto pareciese no estar hecho para lo híbrido, porque o escribes poesía o escribes narrativa o escribes ensayo, o escribes o tomas fotografías, pero de pronto lo híbrido toma un poquito más de fuerza. Este es un libro de la Anaïs completa. Es decir, desde todas las maneras posibles que yo Anaïs tengo de decir esto que me es vital decir, esto que ya no puedo más y lo quiero decir”, señala.

Su punto de arranque de Anaïs Abreu D´Argence es que lo que callamos se magnifica en el silencio, o aquello con lo que nos peleamos y queremos ocultar se vuelve una emoción mucho más grande.

“La única manera de calmar una emoción incómoda, digamos, es darle su lugar y darle su espacio para que se exprese. Algo también que para mí fue fundamental en esta búsqueda es que yo sentía que de pronto estaba en una espiral, como que repetía y repetía cosas con mi papá que volvían a pasar y volvían a pasar, me sentía muy atrapada. Incluso repetí exactamente una serie de patrones que mi mamá había hecho con mi papá, que claro, digo, ‘pues es que es la manera en la que yo lo había aprendido’. Ahora voy aprendiendo que repetimos para reparar esa primera herida”, afirma la también traductora.

Heredar se presentará el próximo viernes 5 de abril, a las 18 horas, en U-Tópicas (Felipe Carrillo Puerto 60. Coyoacán) con la participación de Valeria Matos, Michelle Pérez-Lobo y Anaïs Abreu D´Argence.

  Anaïs Abreu  y su ejercicio para “despatriarcalizarse”
Anaïs Abreu y su ejercicio para “despatriarcalizarse”
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