Donald Trump

tiene al presidente Andrés Manuel López Obrador contra las cuerdas: o emprende una estrategia para evitar que los migrantes centroamericanos y mexicanos lleguen a Estados Unidos o le dará un golpazo a la economía nacional. El corto tiempo que le dio el mandatario estadounidense al mexicano (el plazo vence el 10 de junio) para cumplir sus exigencias hace pensar que será lo segundo.

La imposición de un arancel de 5% a todas las exportaciones mexicanas podría ser manejable en una primera instancia, e incluso las empresas que envían sus productos a Estados Unidos lograrían cubrirlo con la apreciación del dólar —que ha ganado poco más de 3% frente al peso desde el anuncio del jueves—; sin embargo, el aumento gradual de tarifas hasta 25%, en octubre, sería insostenible y desataría el principio de una crisis económica para México.

El despacho SAI Asesores que encabeza Jaime Serra Puche , uno de los principales negociadores del TLCAN en 1994, ya hizo cuentas y estima que el golpe a las exportaciones nacionales sería de 38 mil millones de dólares a partir de que entren vigor los aranceles y hasta el cierre del año.

México exporta cerca de 350 mil millones de dólares anuales en productos a Estados Unidos, por lo que el zarpazo de Trump representaría poco más del 10% del valor total de las exportaciones.

Según Kenneth Smith , exjefe negociador técnico del nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, la imposición de aranceles de Trump viola el TLCAN que rige actualmente, pues el TMEC no ha sido ratificado, así como los compromisos en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Así, mientras el presidente López Obrador reitera su amistad a Trump y al pueblo estadounidense y le pide que reconsidere su decisión, su homólogo eleva el tono de su discurso contra México.

“México está enviando una gran delegación para hablar de la frontera. El problema es que han estado ‘hablando’ durante 25 años. Queremos acción, no hablar”, publicó Trump ayer en su cuenta de Twitter.

Esto hace pensar que la delegación mexicana que partió a Washington el viernes de la semana pasada, encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard , podría tener poco éxito, a pesar del optimismo del propio canciller.

¿Qué tipo de acuerdo podrían alcanzar Graciela Márquez, Jesús Seade, Alfonso Romo y Ebrard con sus contrapartes estadounidenses que no pueda ser desechado por Donald Trump con un simple tuit? ¿Qué van a negociar: un mayor plazo para cumplir los caprichos del presidente de EU o van a decirles que México se convertirá en un tercer país seguro para los migrantes centroamericanos?

La mayor presión para que Trump reconsidere su amenaza de guerra comercial con México tendrá que venir de los gobernadores y empresarios de Estados Unidos. Con ellos debería estar cabildeando una parte de la delegación que viajó a Washington y no depositar todas sus energías y esperanzas en los funcionarios del gabinete de Trump, porque, como sucede en México, muchos están de ‘floreros’.

AMLO se jacta de tener una relación muy cercana a empresarios de EU, como Larry Fink , el poderoso presidente de BlackRock, el mayor administrador de fondos del mundo; ¿por qué no pedirle que ejerza presión a Trump para evitar una guerra comercial.

De otra manera, Trump va a lograr su objetivo: relocalizar las operaciones de empresas asentadas en México y que se reduzca considerablemente la inversión extranjera estadounidense en el país.

El cabildeo político y diplomático puede ser más efectivo que las represalias que deberá poner México a EU e incluso que llevar el caso ante la OMC. Un tuit de Trump el fin de semana evidenció que la estrategia de la guerra comercial es política, de cara a la elección presidencial del próximo año.

"México se ha aprovechado de Estados Unidos durante décadas. Debido a los demócratas nuestras leyes de inmigración son malas. México ha hecho una fortuna de los Estados Unidos por décadas, pueden solucionar este problema fácilmente. ¡Es hora de que finalmente hagan lo que se debe hacer!", escribió Trump.

Posdata.

Los 38 mil millones de dólares (unos 750 mil millones de pesos) por el golpazo arancelario de Trump alcanzarían para financiar los cuatro proyectos principales de la administración de AMLO: el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el Corredor Transístmico y la ampliación del aeropuerto de Santa Lucía.

¿Negocio menor a 800 mdp?

Me escribió Alejandro Betancourt , socio de Emiliano Salinas y exencargado de administración de la firma ESP, para precisar que los ingresos que obtuvieron con el negocio de cursos de liderazgo y superación personal están por debajo de los 800 millones de pesos que publicamos en esta columna la semana pasada

Según Betancourt, durante sus 16 años de operación los ingresos fueron de alrededor de 400 millones de pesos, es decir, unos 25 millones por año. Esto, a pesar de que Emiliano Salinas ha declarado que los ingresos anuales de la empresa eran de aproximadamente 50 millones de pesos.

De esos 400 millones de pesos, afirma Betancourt, más de 80% se destinó a costos operativos.

Lo anterior significaría que las ganancias de la filial de NXIVM en el mercado mexicano ascenderían a alrededor de 80 millones de pesos.

La frase de Lomelí

“El que nada debe, nada teme” es la frase con la que Carlos Lomelí busca limpiar su nombre. Pese a las acusaciones de presunta corrupción, el delegado de Programas Sociales de Andrés Manuel López Obrador en Jalisco no ha interrumpido la entrega de apoyos federales en los 125 municipios de la entidad.

Mientras se le investiga, el funcionario trabaja con las autoridades locales para atender a los sectores más necesitados. Un objetivo es que a través del proyecto Producción para el Bienestar se beneficie a 2.8 millones de pequeños y medianos productores de granos básicos este año, lo que beneficiará a los connacionales ante la amenaza arancelaria de Trump.

@MarioMal

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