Advertencia al lector: lo siguiente es simplemente un ejercicio de especulación basado, enteramente, en un análisis subjetivo y en la imaginación de su servidor. No hay intenciones electoreras ni fobias ni filias involucradas.

Enero 2021, son momentos muy complejos para el presidente Anaya, el gobierno de coalición ha resultado complicado, son muchos intereses mezclados, realmente nadie tiene una mayoría de nada en ningún lugar, ni en las cámaras ni tampoco en el Poder Ejecutivo, algunos pactos se rompieron ante la mezquindad de las ambiciones, llegaron tres partidos al poder y en este momento la otrora camaradería se transforma en una lucha de todos contra todos.

El Presidente tiene pendiente su principal promesa. La denominada Renta Universal, dinero para todos por el solo hecho de ser mexicanos, se mantiene congelada en el Congreso y con apenas algunos placebos traducidos en becas y apoyos sociales, nada que no existiera antes, la desigualdad económica mantiene casi la misma racha y la pobreza apenas disminuye algunos puntos, casi no ha cambiado nada.

El PRI se reconstruye asimilándose como una oposición dura al gobierno de tercetos, Morena es un monstruo político que controla varios estados y un importante número de legisladores en el Congreso, cosa curiosa, algunos de ellos hace apenas tres años se contaban entre las filas del PAN, del PRD o del Movimiento Ciudadano.

Anaya ganó por un margen estrecho pero relativamente aceptable que le garantizó una mínima legitimidad durante los primeros años, eso sí, siempre con el fantasma del fraude azuzado por una oposición generalizada en varios frentes, y es que, el Presidente tiene flancos abiertos prácticamente en todos lados, lo que comenzó como un frente ciudadano se ha vuelto un gobierno de élites a puertas cerradas, los reclamos por espacios no concedidos le han reventado al gobierno.

Siguen los muertos y sigue la violencia, aunque se destacan avances en el combate al lavado de dinero y la creación de policías de inteligencia que parecen dar algunos golpes certeros al crimen organizado, no para la sangre pero la hemorragia disminuye un poco.

El presidente Anaya ha tenido algunos aciertos en política exterior, los Estados Unidos lo aceptaron muy bien e inclusive hay entendimientos importantes con su gobierno, cede en muchas cosas pero tiene la magia de vender lo que alguien considere debilidad como un éxito diplomático, le ayuda su cultura, le ayuda ser un hombre de mundo.

Anaya es uno de los presidentes más jóvenes en la historia de México, el próximo febrero cumplirá apenas los 42 años, su juventud sigue siendo una de sus mayores fortalezas pero también un blanco de sus principales ataques, y es que Anaya surgió de la nada, sin un grupo político formado a través de los años, llegó con fuerzas ajenas, arrendadas, que hoy le siguen cobrando más allá de los intereses.

Pero algo ha cambiado. El debate público ante las elecciones intermedias oscila entre los saldos negativos y positivos en los primeros años del gobierno de coalición, ¿estará México preparado para el sistema parlamentario?, aún hay muchas dudas que flotan en el aire.

DE COLOFÓN.—

Le hicieron un berrinche a la Presidenta Interparlamentaria, la acusan de alta traición y profetizan venganza épica. Del otro lado, se escuchan carcajadas.

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