Alberto Elías Beltrán, actual encargado de despacho con funciones de Procurador, tomó la decisión de separar a Santiago Nieto, ex titular de FEPADE, el viernes pasado.

Hubo una llamada telefónica previa un tanto ríspida y a eso de las 13:30hrs entraron en una reunión, para ese momento, el comunicado de la PGR que anunciaba la remoción era ya público, FEPADE y Santiago Nieto tenían trending topics en las redes sociales y el fin de semana apenas comenzaba.

Llegaron las primeras reacciones: Coparmex, ONG, políticos de oposición, analistas y personas públicas mostraban su extrañamiento y hacían votos por que la decisión pueda echarse atrás en el Senado ante el anuncio de Nieto de pelear por su cargo frente a lo que considera un abuso en las atribuciones de Elías Beltrán.

Como sea, ha llamado la atención la decisión de Elías Beltrán por lo arrojado de la misma, máxime en un hombre que se ha distinguido por su paso de plomo, por el extremo cuidado en sus declaraciones y, más aún, en sus investigaciones frente a los hechos más controvertidos del país… Difícil pensar que estemos frente a una ocurrencia con falta de valoraciones futuras.

Alberto Elías Beltrán no es un político, es un hombre técnico que el viernes inhumó esa imagen al detonar una bomba política, podrá argumentarse misa, podrán citarse leyes y reglamentos a los cuatro vientos, pero remover al tipo que investigaba Odebrecht y que, sin empacho, señaló presiones por parte de los abogados de Emilio Lozoya en la investigación, convierten, en el juego maniqueo de la opinión pública, en un héroe a Nieto y en villano a Elías Beltrán y aunque eso no se pueda leer en la doctrina jurídica, ¡vaya que se siente en la palestra!

Ayer, Elías Beltrán me dijo que tomó la decisión por sí mismo, evidentemente negó la injerencia de Los Pinos o de cualquier otro elemento más allá de su propia consideración a las faltas que tuvo Santiago Nieto con el Código de Ética de la PGR, pero con esa decisión, insisto, enterró la imagen de un hombre técnico por naturaleza y le dio paso a un actor político que hoy está en el ojo del huracán.

¿Qué sucederá si la oposición en el Senado de la República logra juntar los votos necesarios de mayoría simple para reinstalar a Santiago Nieto?, ¿cómo quedará la imagen, más allá de la del encargado de despacho, de la misma PGR?, y es que la percepción de indignación ha sido de tal magnitud y el ambiente tan crispado que, al menos de momento, nadie ha salido a defender a Elías Beltrán como sí, empero, a criticar su decisión.

Más allá, aunque la decisión viniera con un aire meramente técnico, el tema tiene repercusiones políticas graves, ¿cómo nombrará el Senado a un nuevo Fiscal Electoral, independientemente de la polémica legal, en un momento en el que la posición es más que estratégica para el 2018?, ¿no se estará condenando a la FEPADE a ser acéfala en un momento por demás álgido?

Tal vez lo estrictamente técnico terminó, sin quererlo, ayudando a lo exuberantemente político.

DE COLOFÓN.—

Teoría de la conspiración: la decisión vino desde muy muy arriba y Santiago Nieto solamente fue un daño colateral y la entrada del banquete, la idea es invalidar jurídicamente la investigación de Odebrecht, argumentar el debido proceso y… ¡a Juanita la bolsearon!

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses