A los muchos videos oficiales del magnicidio de Luis Donaldo Colosio en Tijuana, del que en este mes se cumplen 25 años, a las imágenes editadas en los noticieros de la época, lo mismo que a la cantidad de libros escritos sobre el tema (incluida la monumental y voluminosa investigación oficial de cuatro tomos) y a los documentales y películas sobre el tema hay que agregar ahora la miniserie de ocho capítulos que Netflix estrenará el 22 de marzo.

Se trata de un thriller político-policiaco, Historia de un crimen, y por el taser y tráiler parece que promete alargar dramáticamente lo acontecido en marzo de 1994, sobre lo cual se ha especulado desde la época del VHS (Se chingaron al candidato Coloso, un videohome de Aurora Martínez que causó controversia en su momento), Colosio: el asesinato (2012), un filme eficaz de Carlos Bolado, premiado con dos Ariel y una peli de El Rey de la nota roja, Miguel Marte, en DVD. También existe la participación de Televisa con la palomera AR-15 Magnicidio político, de Óscar Fentanes.

Será interesante ver el tratamiento que le dan a muchas de las teorías (de la conspiración) que señalan unánimemente al “Innombrable” de la política-ficción como responsable del asesinato y sus derivados. Lo fascinante del asesinato es todo lo que se complicó en un endiablado rompecabezas que los fiscales no pudieron resolver y que dio lugar a otras lecturas, turbulencias e interpretaciones.

La serie está producida para Netflix por Dynamo y entre sus protagonistas figuran: Jorge A. Jiménez, Ilse Salas, Alberto Guerra, Gustavo Sánchez Parra, Lisa Owen, Ari Brickman y Martin Altomaro. Sin embargo, a la hora de la credibilidad, si el guión de Rodrigo Santos no está bien estructurado y creíble, por más que hagan en la dirección Hiromi Kamata y Natalia Beristáin, no pasará de ser una serie más.

Hay mucha tela de dónde cortar, aunque hay que tener las tijeras adecuadas para no jugar a lo obvio en aristas como las teorías más recurrentes, la acción concertada, la teoría del asesino solitario, la entrevista (se supone que forzada) que le dio Mario Aburto al entonces gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, la autopsia del candidato, el segundo tirador, los análisis forenses, los encubridores, los que filmaron los videos aquel día, las circunstancias que rodearon el crimen, el entorno del narco, los fiscales del caso, los cómplices…

Las preguntas en torno al misterio de Colosio abundan: según los fiscales que tuvieron en sus manos el caso parece que fueron adoctrinados: el primero, Miguel Montes, pasó con la mano en la cintura de la acción concertada (léase complot) a la teoría del asesino solitario. Olga Islas, la segunda fiscal, no le saca nada, pero le endilga a Mario Aburto 45 años de prisión (en ésta, el asesino confeso monta hasta una obra de teatro. El tercer fiscal del caso es el impresentable Pablo Chapa Bezanilla, que señala oficialmente la participación de un segundo tirador (Othón Cortés). El cuarto fiscal, Luis Raúl González Pérez, se va por lo seguro, luego de una investigación a profundidad, claro, y señala como único asesino a Mario Aburto. Hasta el momento del 25 aniversario del asesinato de Colosio, sólo la cinta de Bolado es la que ha propuesto —se esté de acuerdo o no— una buena salida a lo que algunos investigadores de café pensaban que iba a ser un thriller convencional, con muchas licencias fáciles y resoluciones al aventón. Veremos qué propone Netflix.

pepenavar60@gmail.com

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