Durante toda la semana pasada, los medios de comunicación y algunos “líderes de opinión”, o como prefiero llamarlos: sabios, han estado criticando el diseño de algunas playeras y el número de patrocinadores que ostentan los clubes. En algunos casos, como el de León o Pachuca , el número de patrocinadores en el jersey es considerable, además de los logotipos que pueden imprimir en el short o la calceta.

La crítica ha sido fundamentada en el exceso de patrocinadores, sin dar mayores razones. Mencionan que es un abuso, que no se respeta al aficionado, que se exceden en los espacios publicitarios y demás. Lo importante sería saber o explicarle al aficionado el porqué de esta situación y no solamente verificar o “golpear” a los clubes.

Un servidor habló de este tema en las redes sociales y hacía una comparativa con los medios de comunicación. Imaginen a un periódico sin anunciantes, un programa de radio sin cortes comerciales, un partido de futbol sin menciones o comerciales de medio tiempo, una revista sin anuncios. Esta práctica sería imposible. Cualquier negocio se vuelve insostenible si no existen anunciantes. A partir de esta necesidad o este ejemplo, deberíamos fundamentar nuestra crítica, porque —de no hacerlo— se lee o se escucha como una simple crítica para fastidiar.

En el deporte se utiliza la playera como un vehículo perfecto de conexión con el aficionado. No importa el diseño, los anunciantes; a veces, la modificación —incluso— de colores, el aficionado siempre traerá el amor por su equipo tatuado. El deporte tiene un ingrediente que nada más puede ofrecer: la pasión, que es intransferible.

Al tener este medio de comunicación, por así llamar a la playera, se suma la exposición que se tiene en la televisión, en la cobertura de los partidos por todos los medios de comunicación. Sin duda, se vuelve una herramienta importante para las marcas. Igual pasa en otras latitudes, no es un tema exclusivo de México .

Pasa con el Real Madrid, Barcelona, Boca Juniors, en Japón, la India o Australia. No importa si es una, dos, tres marcas. Lo cierto es que todos buscan esos espacios.

Los aficionados expresan su malestar. Algunos se preguntan por qué el Real Madrid sólo tiene un patrocinador. La razón es básica, si un patrocinador cubre la planeación, metas o expectativas del club, no hay razón para buscar más, pero si no lo hace, hay que vender otros espacios.

Lo único que podríamos reprocharle a los clubes que muestran “muchos” anunciantes en el jersey, es la exploración de otros espacios publicitarios que permitieran tener una mayor limpieza en la playera, pero para esto se necesita elaborar una estrategia y —de forma constante— construir y fortalecer su marca y las distintas propiedades que se van generando y comercializando.

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