Pasaron cinco años y medio para que volviéramos a ver una final entre celestes y americanistas y, después de lo sucedido ayer, no podía haber sido más justo que llegaran el primero contra el segundo de la tabla, detalle que hizo tan cerrados los dos partidos.

Pero no puedo entender cómo una institución ávida de resultados importantes y que llevaba 21 años de no poder levantar un título, haya salido con tan poca hambre de pelear cara a cara contra su acérrimo rival. Una vez más, los cruzazulinos han mostrado ser un conjunto de futbolistas “pechos fríos”, que no merecían ganar esta final.

Bien decían que estos partidos no se juegan, se ganan, y eso es lo que vino a hacer el América a la hora de ir a buscar el título.

Miguel Herrera

planteó un partido excelente en la vuelta, ganándole la posesión de la pelota a su rival desde el minuto 1. Después de irse al frente, no dejó de buscar el balón y, sin renunciar al ataque, consiguió el segundo cerca del final.

Merecido triunfo para los de Coapa , que con esto alcanzan su título número 13 y se convierten en el club más ganador en la historia del futbol mexicano en torneos de Liga.

Muchos lo aman y la otra mitad lo odia, pero hay que aceptar que si alguien sabe jugar Liguillas es el América .

Y no podemos dejar de lado la mención especial para Édson Álvarez , quien se convirtió en la figura de la final, con tan sólo 21 años cumplidos.

La final se decidió por la convicción de los jugadores americanistas, quienes salieron a ganar el encuentro de vuelta, convencidos de que querían llevarse el campeonato, mientras que los celestes jugaron a no perder.

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