Mañana empieza la campaña de posicionamiento del Mundial Qatar 2022, con la presentación —aquí en Moscú— de lo que serán sus estadios, estructura, capacidad de organización. Un Mundial señalado por la corrupción, debido al otorgamiento de la sede, pero lo han apaciaguado en los altos niveles de la FIFA y ahora lo ven correcto, aunque el mundo lo perciba como la decisión más extraña de la antigua y corrupta FIFA.

En un Mundial se mueve mucha información, desde trascendidos, chismes, y se idean muchas cosas. En los pasillos de los elegantes hoteles donde se hospedan los más importantes miembros de la FIFA, es muy común escuchar que pronto se anunciará que la espera para el siguiente Mundial no será de cuatro años, sino de tres y medio; de hecho, no sería en 2022, sino en 2021, en diciembre, como está planificado desde un inicio. Será en ese mes, porque las temperaturas durante el verano —en el Medio Oriente— alcanzan los 42 grados celsius a la sombra.

La idea es que no sean cuatro años y medio de espera entre el silabatazo final en el estadio Luzhniki, el 15 de julio, y el inicio del siguiente Mundial, porque sería muy largo hasta 2022 y por ende, FIFA no recibiría los ingresos de un cuatrienio, sino de cinco años, lo cual generaría desbalance.

Pero para el siguiente Mundial, el de Estados Unidos, México y Canadá, planificado para 2026, se tendría que adelantar un año o que las Copas del Mundo se jueguen cada tres, con esa idea macabra de que ahora serán 48 selecciones y las eliminatorias tendrán menos valor.

Insisto, son charlas que pude escuchar al infiltrarme en uno de estos bares y restaurantes de los hoteles de FIFA. Es una idea que cobra sentido y le daría más valor al tratarse de un Mundial con muchos equipos.

No es nada dramático, porque en diciembre —cada cuatro años— ya se sabe los equipos clasificados al Mundial y hay un largo trecho entre el último partido eliminatorio y el inicio de la Copa del Mundo, por lo que tres años y medio sería un tiempo prolongado para organizarlo y aprovechar mejor las fechas FIFA.

El único tema que les hace ruido son los calendarios futbolísticos, porque sería un problema que las ligas generadoras de recursos, como la española, inglesa, italiana, alemana y hasta la francesa; bueno, exagerando, hasta la MX, aceptaran mover sus calendarios al estilo de la Major League Soccer: comenzando en febrero y terminando en octubre.

Por eso sería interesante empezar mañana a observar aquí a los qataríes, qué nos van a mostrar, qué nos van a decir. Serán momentos de mucho cabildeo, pero me parece que estos ejecutivos de FIFA, tienen razón: se debe adelantar el Mundial. Porque además, cuatro años y medio de espera es mucho. De por sí, cuatro lo son, y este es el mejor producto del futbol.

El balompié se está reorganizando, vienen nuevos tiempos, con ideas frescas, que pueden crear otra dinámica.

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