Si algo puedo apreciar en esta nueva administración en Zúrich con Giovanni Infantino de cabeza, es que vive en una constante búsqueda por mejorar o por lo menos hacer más atractiva y equilibrada la oferta del futbol del mundo.

Es el vivir en ese modo suizo de Gianni, que se aprecia en el fondo; me decía un amigo cónsul cuando llegué: Suiza se distingue porque siempre dan la nota.

Mi interés está en regresar a través de éstas y otras líneas a aquella máxima infantil:

“Vamos a chutar”.

El que no esté sujeto a interpretación marcar una mano dentro del área como penalti, salvo en el claro rebote del balón en el mismo jugador, va a agilizar el juego y le va a dar a los árbitros un respiro, mas allá del VAR , que así como es un instrumento de apoyo para el central, también le ha restado autoridad en los hechos y aumentado las cabezas que opinan sobre una misma jugada a pesar de la evidencia del video, su revisión y el tiempo para discernir.

Esta modificación no permite “negociar”, muy al estilo europeo. El mundo de lo que es “correcto” y lo que no.

Mano dentro del área, cualquiera que sea es pena máxima, sin discusión de por medio.

Ya entonces al hablar del penalti, que el balón rebote en el portero, postes o travesaño significa que está muerto y procede un saque de meta; la regla valora el esfuerzo del guardameta y está implícito el acierto del tirador; al mismo tiempo me suena a esa ley que dice que no se puede juzgar a nadie por el mismo delito dos veces. ¿Habíamos pensado en que era el colmo que cuando aunque se tirara mal, ya fuera que el portero adivinara la trayectoria se aventara bien y luciera sus mejores reflejos, todavía llegara el tirador a rematarlo?

La nueva regla debe implementarse ahora hasta en las cáscaras de barrio.

Penalti fallado, penalti mal tirado, con el plus del mérito del portero que también juega y puede defenderse. Esta regla también, en consecuencia, elimina la que sanciona el entrar al área antes del cobro, porque de algún modo ya es ilógico pensar en que si no hay rebote posible a rematar, los jugadores se formen en la línea de los 16.50 y ahora sólo quedan frente a frente tirador y portero. Los demás futbolistas tendrán que ubicarse en algún otro sitio de la cancha, salvo que quieran abrazar inmediatamente al que la meta o al que la pare.

La modificación a la regla también le resta presión al tirador porque nunca falta el típico gandalla que se acerca al rival y hace su juego diciéndole al oído “pomo si lo fallas”.

Bienvenidas las buenas nuevas de la IFAB , conocida International Board de esta nueva FIFANTINO.

@fernando_andere

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