Ha tenido siempre mucha razón el presidente López Obrador cuando ha criticado los shows mediáticos que han hecho los gobiernos que le antecedieron. Anuncios y presentaciones espectaculares que buscan conducir a la opinión pública a una narrativa favorable al gobierno han desatado también muchas discusiones al interior de los medios de comunicación.

Ha criticado tanto los shows mediáticos el presidente AMLO… que ya los empezó a hacer. No pocas de sus conferencias de prensa se han vuelto eso, meros espectáculos diseñados para despertar el morbo mediático, en las que no se contestan con precisión las preguntas y se busca controlar la agenda e impulsar la narrativa oficial del presidente épico que combate como nunca nadie antes todas las oscuras fuerzas que quieren impedir su éxito.

Quizá el momento cumbre fue este martes. Mientras se prolonga el desabasto de combustible en varios estados del país, mientras decenas de empresas maquiladoras en Tamaulipas amenazan con cerrar, mientras sus aliados de la CNTE mantienen tomadas las vías de tren generando pérdidas de mil 500 millones de pesos diarios, el presidente dedicaba su conferencia de prensa matutina a mostrar las imágenes de los lujosos coches, camionetas, motos, helicópteros que tenían los presidentes anteriores, soltaba un “fifí” por aquí, un “machuchones” por allá, y anunciaba un “tianguis” para vender tanto vehículo lujoso en Santa Lucía (base militar, nuevo aeropuerto, futuro lago, próximo fraccionamiento residencial, ahora también mercado sobre ruedas).

El ejemplo cunde. A horas de que Fitch Ratings bajara dos peldaños la calificación de Pemex y la pusiera a un escalón de ser considerada un bono basura, una inversión especulativa, el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, se metió a un túnel en Azcapotzalco donde encontraron unas tomas huachicoleras. Claro, subió el video a sus redes sociales. Aparece a oscuras, agachado a boca de túnel, como si fuera policía o reportero… o político en campaña, pero no ejecutivo de una empresa trasnacional que requiere generar confianza entre inversionistas.

Pero el destino es desgraciado, y se las cobró rápido. Mientras el presidente andaba en el show del tianguis y su director de Pemex en el show del hoyo, Fitch Ratings le bajó la calificación a Pemex.

El presidente AMLO ha tenido como una de sus banderas centrales la crítica a los privilegios del poder. Su llegada al mismo debe implicar su desmantelamiento. La venta de lujosos vehículos forma parte de ello. Está muy bien denunciarlo, detallarlo, hacerlo frente al público. Y es hasta divertido. Pero hay que saber elegir los momentos, porque con tantos frentes abiertos, tantas crisis que le explotan, lo de antier supo a cortina de humo, no a combate a los excesos.

El presidente AMLO ha tenido como una de sus banderas centrales que su gobierno no va a hacer shows mediáticos. Híjole. Ya lleva varios.

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